Una de las promesas del Plan de Desarrollo de Bogotá durante el mandato de Claudia López fue sembrar más de 800.000 árboles para reverdecer la ciudad. A tan solo meses de que acabe el periodo de la actual administración, se han plantado más de 435.000 nuevos árboles. Es decir, van por la mitad de la meta.

La secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia, aprovechó su intervención en el panel sobre ‘Biodiversidad, ecosistemas y sus servicios’ en la II Convención Internacional de Emergencia Climática, que se llevó a cabo en el marco de la ‘Semana Bogotá Reverdece’, para hablar de los avances en reforestación.

Urrutia resaltó que el POT Bogotá Reverdece 2022 - 2035 se realizó con el objetivo de preparar a la ciudad para enfrenar la crisis climática, por lo que se aumentó la Estructura Ecológica Principal en un 30 %, al pasar de 96.000 a 124.000 hectáreas. Asimismo, se elevó el nivel de protección de las Reservas Distritales de Humedal y aumentó su área en un 20 %, y reconoció dos nuevos humedales.

Esta apuesta por la resiliencia y la adaptación ante el cambio climático fue contemplada en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT). | Foto: Cortesía Jardín Botánico de Bogotá

Asimismo, se refirió a la reserva Thomas van der Hammen, en donde se han firmado 10 acuerdos de conservación y se trabaja en la plantación de 90.000 árboles.

En el evento también destacó la Resolución 3158 de 2022 de compensación 5x1, por cada árbol talado, tendrán que reponerse por lo menos cinco. Esto ayudará a mitigar las islas de calor y a tener una ciudad más verde.

Según el reporte de la Secretaría de Ambiente, se han sembrado 435.000 nuevos árboles, de los 802.000 que habrá al finalizar la gestión de Claudia López.

Además, avanzan en la co-creación y consolidación de seis de los 21 Bosques Urbanos: Brazo Salitre (Barrios Unidos), Santa Helena (Suba), Parkway (Teusaquillo), La Esmeralda (Teusaquillo), Arborizadora Alta (Ciudad Bolívar) y San Carlos (de Rafael Uribe Uribe).

Los 14 acuerdos de conservación

La secretaria de Ambiente también se refirió a los 14 acuerdos de conservación que se firmaron con privados, colegios y universidades en diferentes zonas de la ciudad, en más de 250 hectáreas. Además, resaltó el trabajo realizado con Pnud y la Gobernación de Cundinamarca para desarrollar el programa de pago por servicios ambientales.

“Los privados también pueden cuidar los ecosistemas estratégicos, ya se sabe lo que pueden y no pueden hacer. Cuidémoslos de manera conjunta”, recalcó Urrutia al referirse a los acuerdos de conservación y los pagos por servicios ambientales.

La mayoría de los árboles de Bogotá son especies no nativas que fueron sembradas en las décadas de los años cincuenta y sesenta. Hoy las lluvias les pasan factura.

En este encuentro sobre la biodiversidad también se resaltó el trabajo realizado en los conectores ecosistémicos, los nodos que son intervenidos por diferentes actores sociales, utilizando estrategias que permitan restablecer el flujo de la biodiversidad y garantizar su sostenibilidad en el tiempo.

“Nuestros conectores están desarrollados alrededor del agua, con una base robusta de ciencia y participación de la comunidad. Tenemos que aprender a trabajar juntos en estrategias de conservación para mejorar los planes de biodiversidad, sin que tengan que ser las autoridades ambientales los terratenientes. Eso no funciona y las autoridades ambientales tampoco vamos a tener los recursos para administrar las cantidades de suelo que queremos conservar”, explicó Urrutia.

Su participación finalizó con la celebración de la noticia de que Bogotá logró reducir sus gases de efecto invernadero entre 2017 y 2020, en casi un 20 % “Este es el resultado de un esfuerzo continuado gobierno tras gobierno. Un esfuerzo de haber tomado la decisión de descarbonizar la movilidad pública, la salida de los buses chimenea ha significado un cambio muy importante en la matriz de producción de gases de efecto invernadero en Bogotá”.