Preocupados se encuentran los ambientalistas del Magdalena Medio, en Santander, con la construcción de la Planta de Tratamiento de Agua Residual (PTAR) de la ciénaga San Silvestre, la cual denuncian que han pasado cuatro contratistas y esto generó un rechazo en su ejecución.

Pues esta obra está en ejecución desde el año 2016, con una inversión alrededor de 180 mil millones, de los cuales a lo largo de estos seis años se han entregado e invertido 76 mil millones, y el avance de la obra no supera el 30 %.

Ante esta grave situación, SEMANA consultó a algunos líderes ambientalistas, quienes se mostraron consternados tras las irregularidades que esta construcción presenta, además de registrarse demoras en el pago de los trabajadores.

Por su parte, Óscar Sampayo, integrante de la cooperación autónoma regional Yariguíes, denunció en esta redacción que la obra en su momento comenzó con problemas, y por tal motivo la interventoría renunció a la realización de dicha construcción, que a la fecha no está definida en su totalidad la ingeniería a detalle.

“Pese a que no está definida la ingeniería a detalle, sí se está ejecutando la obra. Dicen que falta un 25 % y esto se debe a que todavía no están los permisos para el emisario final, es decir, para el tubo que va a verter el agua tratada al río Magdalena”, aseguró en SEMANA Sampayo.

La preocupación de este ambientalista es debido a que como no está definida la ingeniería a detalle, temen que el consorcio encargado modifique ese permiso con el objetivo de verter sus aguas sobre la ciénaga Palotal y no sobre el río Magdalena.

“En esta ciénega habitan manatíes, entonces cambiar el tramo del emisario final del río Magdalena a la ciénaga Palotal generaría unos impactos inmensos y la autoridad ambiental lleva más de un año y no entrega el diagnóstico de alternativa ambiental para definir donde se va a realizar”, señaló el vocero a este medio.

Cabe mencionar que este proyecto tiene una vigencia hasta 2060 y con su ejecución se tratarían alrededor de 500 litros por segundo de aguas residuales, que se generan desde el Distrito Petrolero de Barrancabermeja.

Es decir, esta obra generaría que las aguas que hoy se vierten sobre el río Magdalena, la ciénega San Silvestre y otras fuentes hídricas, no generen más impactos ambientales y se traten adecuadamente.

“Al no tener hoy una ingeniería a detalle para este emisario final, tenemos preocupación de que se vaya a extender el presupuesto de la obra y se convierta en un elefante blanco. Nosotros llamamos a que se continúe con ese permiso sobre el río Magdalena y no se modifique sobre la ciénaga Palotal, para ahorrar unos costos que beneficia al contratista, pero afectaría a los barranqueños”, denunció en SEMANA Sampayo.

Por otro lado, en diálogo con Raúl Barbas, director de Cooperación del Observatorio de Desarrollo Territorial y coordinador de la veeduría del proyecto PTAR, manifestó su inconformismo tras la demora de la obra y los retrasos en los pagos de los trabajadores de la misma.

Este veedor dio a conocer en SEMANA que siente preocupación por el contratista actual, el cual es la empresa colombiana Macromed, pues aseguró que “no le encuentra uno como el soporte o la experiencia para este tipo de proyectos; lo que hemos rastreado por Cámara de Comercio es que es una empresa dedicada a insumos hospitalarios”.

Según lo mencionado por Barbas, es que esta empresa no tienen en su hoja de vida algo que certifique que haya construido este tipo de proyectos, tan solo se han enfocado en el suministro de insumos y otros tipos.

Sin embargo, el vocero detalló en SEMANA las cifras del avance de la obra: “En la actualidad el avance es del 27 %, pero este dato preocupa, porque si yo me gasté más de $70 mil millones en este por ciento, entonces ¿cuánto me voy a gastar en el 73 %?”.

Así las cosas, pese a que no se ha llegado a la mitad de la obra, a los ambientalistas les preocupa el futuro de la misma, pues esperan que el consorcio cumpla con su palabra y se entregue en el mes de mayo de 2024.