Más del 80 % de la infraestructura del colegio Integrado Madre de la Esperanza (CIME), ubicado en el municipio de Sabana de Torres (Santander) está en pésimas condiciones. Tanto estudiantes como docentes viven con el miedo que la institución colapse en cualquier momento.
Son cerca de 1.200 estudiantes, y en general toda la comunidad educativa, quienes requieren que la administración municipal y departamental intervengan el colegio. De acuerdo con Martha Eugenia Camacho, la rectora de la institución, en reiteradas ocasiones han advertido sobre esta situación.
“Las vigas que soportan la estructura son de madera se encuentran podridas y vencidas, dado los años que tiene de existencia el colegio. Los pisos y techos también están totalmente deteriorados, además el colegio no cuenta campos deportivos para la práctica del deporte y esparcimiento de los jóvenes”, aseguró la rectora.
El riesgo aumenta cada vez que llueve, las goteras se apoderan a las aulas de clase y debilitan aún más las paredes y techo. Por ello, las directivas lanzaron una alerta para que el colegio pueda ser remodelado y los estudiantes puedan ser recibir su formación en condiciones dignas; y a su vez evitar una tragedia sobre todo porque los niños siguen asistiendo a clases en un colegio que está en muy malas condiciones.
“Es injusto que siendo el CIME uno de los colegios que más aporta a la cobertura del municipio no reciba inversión por parte del ente municipal ni departamental en mejoras a la infraestructura, dotación y que ni siquiera cuente con el personal docente y administrativo necesario para ofrecer una educación de calidad a la inmensa población sabanera que ocupa sus aulas”, agregó la rectora.
Esta situación deja en evidencia la vulneración de los derechos fundamentales de la comunidad académica y por ello, reiteran el llamado a las autoridades para que respondan y así el proceso de aprendizaje de los estudiantes no se vea afectado.
“Es preocupante y vergonzoso a la vez, ver como estamos recibiendo las clases en las condiciones que estamos, nuestros techos están a punto de colapsar, hay goteras en cada salón. En esta temporada de lluvias cada vez que se presenta un aguacero deben salir de las aulas o en el peor de los casos, estudiar en medio de los charcos”, dijo Jeison Peña, personero del colegio Madre de la Esperanza.
La comunidad del colegio Integrado Madre de la Esperanza requiere una intervención de carácter urgente, teniendo en cuenta que la accesibilidad material del derecho a la educación implica que los alumnos reciban el servicio educativo en condiciones dignas. Además, resulta necesario que la prestación el servicio educativo sea mediante condiciones que protejan la vida y el bienestar de las personas al interior de dicha institución.
De acuerdo con con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), las lluvias que han causado afectaciones en el departamento, corresponden al inicio de la primera temporada invernal del año, que según pronóstico irá hasta mediados de junio.
La Oficina para la Gestión del Riesgo y Desastres (Ogrd), junto los Consejos Municipales de Gestión del Riesgo y Desastres (Cmgrd) y organismos de socorro, realizan monitoreo permanente en los niveles de los ríos con el fin de alertar a las comunidades y evitar alguna emergencia.
Sin embargo, es necesario estar atentos al nivel de los ríos Cáchira, Oro, Charta, Floridablanca; San Pablo, El Playón y Hato, y a las cuencas en los ríos Carare y Opón.