Las acciones adelantadas por la Alcaldía de Bucaramanga para ponerle un alto a la invasión del espacio público y despejar la zona céntrica, terminaron al parecer vulnerando los derechos de un grupo de vendedores informales, según informó la Corte Constitucional.

El derecho al trabajo y a la confianza legítima son los derechos que la administración local le habría vulnerado tres vendedores ambulantes, quienes fueron desalojados del espacio público de la ciudad, luego de trabajar allí durante ocho años.

Ante dicha situación, la Corte Constitucional falló a favor de los ciudadanos y advirtió que la Alcaldía no podrá impedirles que trabajen, como habitualmente lo hace para ganar el sustento de sus familia, en estas zonas.

La Corte señala que la obligación del Estado de velar por el espacio público tiene límites “en los derechos de las personas que, amparadas en el principio de buena fe, se han dedicado a las actividades informales en esas zonas”.

Por su parte, Manuel José Torres, director del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, en vocería de la Alcaldía indicó que, “el municipio de Bucaramanga siempre ha sido respetuoso de los fallos judiciales. Trabajamos para brindar las alternativas correspondientes”.

Decreto para regular el trabajo informal

Con el propósito de controlar a los vendedores ambulantes que se encuentran trabajando en las vías y parques de la ciudad, la Alcaldía de Bucaramanga expidió en noviembre de 2021 el Decreto 154 del 2021 y la Resolución 0291 del 2021, documentos en los cuales se establecieron los lineamientos para el uso y cuidado del espacio público.

Dentro de estos se ordena el cumplimento de horas, espacio a ocupar y otras medidas de bioseguridad, que tienen como fin propiciar el orden, seguridad y convivencia en el espacio público de Bucaramanga.

“Los principales temas que son regulados podemos encontrar el tamaño de los mobiliarios, la prohibición de obstaculizar el acceso a establecimientos de comercio, vías, ciclorrutas, carril exclusivo de Metrolínea”, explicó en su momento Francisco Rey, subsecretario del Interior.

Según estas normas, los vendedores informales no podrán usar mobiliarios que superen los 1.80 metros de altura y un metro de profundidad. No pueden ser usados como probadores de ropa. Tampoco está permitido el uso de maniquís, ni sillas, bancos para que la ciudadanía consuma los productos comercializados en el lugar.

En el decreto, la Alcaldía de Bucaramanga advierte que en las zonas donde están los comerciantes informales no se podrán vender, suministrar y manipular elementos como: cilindros de gas, elementos inflamables o tóxicos, fauna, bebidas embriagantes, pólvora, sustancias estupefacientes y otros productos ilícitos.

No cumplen

Pese a todas las medidas que tomado e implementado la Alcaldía de Bucaramanga, la mayoría de comerciantes formales señalan que en la zona céntrica hace falta ser más rigurosos en los controles para así evitar el desorden e inseguridad, que en los últimos meses ha aumentado.

Hace seis años el famoso “Paseo del Comercio”, ubicado en la calle 35, fue despejado y el espacio restaurado, sin embargo ante la poco presencia de las autoridades en el sector, este nuevamente fue invadido por cientos de vendedores.

En el 2018 la Dirección de Tránsito de Bucaramanga anunció que expediría un serie de normas para controlar la invasión de andenes y regular el parqueo de automotores en espacios públicos, sin embargo esto no ocurrió.