La idea de comer insectos puede sonar un tanto rara y hasta desagradable para más de uno, sin embargo, en el departamento de Santander estos animales son considerados como un manjar e incluso hacen parte de uno de los platos típicos de la región. Esta época del año es la de mayor comercialización.
Después de Semana Santa las hormigas culonas salen, por montones, en los municipio de la provincia Guanentá, donde los pobladores quienes se dan a la tarea de “cazarlas” llenan ollas, baldes y hasta costales, luego estos insectos son vendidos vivos o ya preparados para consumir.
Por estos días las principales calles de San Gil se convierten en el escenario perfecto para comercializar hormigas, cuya libra puede llegar a costar entre $50.000 y $60.000.
“La gente las compra vivas porque así puede diferenciar el color, hay una más negritas y otras amarillas. Yo tengo disponibles 5 arrobas, me tocó adecuar una habitación solo para las hormigas, a mí por ejemplo me gusta vender la de Villanueva y Barichara”, contó Juan Pablo Arciniegas, uno de los vendedores de hormigas a Caracol Radio.
La razón de venderlas vivas radica en que también existen hormigas que no son auténticas de esta especie, es decir las llamadas hormigas ‘negras’ que tienen un valor inferior al de las tradicionales. Estas se pueden conseguir hasta en $20.000 la libra.
En Santander hay cuatro tipos de hormigas arrieras, que son las Siquisapa, la Zampopo, la Hormiga santandereana y la Colombica, pero la que usualmente se consume es la santandereana.
Un sangileño captó en video la cantidad de hormigas que se puede llegar a vender en un solo día, en las imágenes se observan siete recipientes de gran tamaño llenos de hormigas. “La invitación es para que vengan y degusten este manjar, que también es afrodisíaco”, dice el hombre en la grabación.
Según los vendedores, en los próximos días podría triplicarse la salida y recolección de hormigas culonas en San Gil, Villanueva, Los Santos y Barichara.
En algunos barrios de Bucaramanga también se ha podido evidenciar la aparición de estas especies, que se encuentran en mayor medida en canchas, patios, viviendas y calles.
Pese a que este año la aparición de hormigas culonas se ha dado en grandes proporciones, es importante señalar estas han sufrido el golpe cambio climático, que alteraron las épocas de lluvia y de sol, situación que ha ido modificando su comportamiento, por lo que ya no solían ser vistas de manera tan seguida. Desde hace algunos años se han visto cada vez menos reinas que normalmente salían a formar nuevos hormigueros, por lo que algunos expertos consideran que esta especia ya podría estar en riesgo.
Un estudio de la Universidad Industrial de Santander encontró que son una fuente rica en ácidos grasos no saturados, es decir, un alimento que previene enfermedades como el alto nivel de colesterol sanguíneo.