Un aberrante e indignante caso de abuso sexual se presentó en el área metropolitana de Bucaramanga (Santander) este fin de semana, cuando una joven de 18 años tomó un taxi para regresar a su casa.

La noche del pasado sábado, 18 de marzo, la joven se encontró con un grupo de amigos en el sector de Cuadra Play, donde ingresaron a una discoteca y departieron durante toda la noche. Hacia las 3:00 a. m., la víctima salió del establecimiento en compañía de sus amigos, quienes la acompañaron a tomar un taxi para regresar a su vivienda, ubicada en el municipio de Floridablanca.

La joven se dirigía hacia el barrio La Cumbre en Floridablanca. | Foto: Cortesía Alcaldía de Manizales

“Me subí en el taxi pensando que iba a llegar sana y salva a mi casa y, precisamente, me encontré con ese hombre que no tengo palabras para describirlo. No me imaginé que me fuera a pasar; es algo que no se lo deseo a nadie, es un trauma psicológico muy grande”, contó la afectada.

De acuerdo con el relato de la joven, ella iba hacia el barrio La Cumbre en Floridablanca, pero cuando se movilizaban por el sector del intercambiador de Fátima, el taxista freno inesperadamente y esgrimió un cuchillo. El conductor comenzó a intimidarla para que le entregara sus objetos personales.

“El tipo sacó un cuchillo y dijo que le entregara todo, pero como le dije que no tenía nada, me amenazó; dijo que si me esculcaba y encontraba algo me mataba”, agregó.

No contento con robarle sus elementos personales, el taxista obligó a la joven a realizarle sexo oral y, además, la sometió a tocamientos indebidos, mientras sostenía el cuchillo en el cuello de la afectada. Una vez perpetrada la agresión, el conductor la lanzó del vehículo y escapó del lugar.

El agresor amedrentó a la víctima con un cuchillo. (Imagen de referencia). | Foto: Getty Images

“No me da miedo denunciar porque quiero que se haga justicia, que pague lo que hizo. Sé que esta no es la primera vez, lo ha hecho con más niñas, él sabía qué hacía”, puntualizó la joven, quien es estudiante de las Unidades Tecnológicas de Santander.

Ante este lamentable hecho, la afectada hace un llamado a las autoridades para que den celeridad en la investigación, ubiquen y capturen a este taxista que puede ser un peligro para otras mujeres.

Mujer víctima de escopolamina

En la ciudad de Bucaramanga, los delincuentes no solo atracan a mano armada, también lo hacen drogando a sus víctimas con sustancias como la escopolamina. Precisamente esa modalidad de hurto ha cobrado fuerza en los últimos días en la capital santandereana, donde la mayoría de las víctimas suelen ser mujeres o personas jóvenes.

El caso más reciente se registró este fin de semana, cuando una mujer tomó un transporte particular (colectivo) para regresar a su vivienda y en medio del recorrido le suministraron una sustancia, la cual la dejó en estado de vulnerabilidad.

“Iba para Cabecera, pero como iba de afán se me hizo fácil tomar un pirata (transporte informal), era un carro Spark negro. En el vehículo iban dos hombres y yo asumí que eran pasajeros, uno de ellos se bajó para que yo me subiera, porque supuestamente él se bajaba primero. En la silla había un celular, lo tomé con mi mano derecha y se lo entregué a este hombre asumiendo que era de él “, contó la víctima, quien aseguró que en ese momento comenzó la pesadilla.

La escopolamina se apropia del sistema nervioso y el cerebro. Foto: Getty Images | Foto: Getty Images

De acuerdo con el relato de la mujer, el vehículo tenía los vidrios polarizados y los tres hombres iban con tapabocas, aunque este detalle inicialmente no le pareció relevante, luego entendió el por qué de su uso.

“Cuando íbamos pasando por el Centro Comercial Caracolí empecé a sentir mis manos y boca adormecidas, era una sensación extraña. El conductor todo el tiempo me estuvo mirando por el retrovisor, ahí comencé a sentir nervios. Cuando llegamos al puente de Provenza empecé a sentir que las cosas no estaban bien”, agregó la mujer.

Justo cuando cruzaban por inmediaciones del Centro Comercial Cacique, la mujer logró abrir la puerta y prácticamente se lanzó del carro. “No alcancé ni a cerrar la puerta y el conductor arrancó, en ese momento corrí hacia el andén”.