Un juez de Control de Garantías envió a la cárcel a un hombre señalado de abusar sexualmente de sus dos hijas de 12 y 15 años en el municipio de Girón, Santander

De acuerdo con la Fiscalía, los vejámenes habrían iniciado en 2019, luego de que el presunto abusador se separara de la madre de las niñas, y se habrían prolongado hasta los primeros meses de este año.

“De acuerdo con la investigación, las menores de 15 y 12 años sufrieron desde 2019 hasta la actualidad múltiples vejámenes sexuales por parte de su progenitor en los momentos que llegaba a visitarlas con el pretexto de pasar un tiempo con ellas”, explicó Oliden Riaño, director de la Fiscalía en Santander.

En ese sentido, al agresor, quien se desempeñaba como conductor de un vehículo de carga pesada, le fueron imputados los delitos de acceso carnal violento agravado, acceso carnal en menor de 14 años, acceso con incapaz de resistir, acto sexual agravado, incesto y suministro de sustancias estupefacientes a menor de edad.

“El imputado, quien fue capturado por la Policía en Girón, Santander, también está siendo investigado por el presunto abuso de otras menores”, agregó Riaño.

El hecho ha sido repudiado por los santandereanos, quienes piden que el hombre sea castigado con la pena máxima e incluso algunos sostienen que debería ser sometido a la pena de muerte.

“Qué pecado con las niñas. Un hombre de estos no debería existir, si les hace daños a sus propias hijas, qué se podrá esperar para los demás”; “Da tristeza y rabia saber que existen seres humanos así, tan dañados. Ahí es donde uno piensa que debería existir la pena de muerte en Colombia”; “Ese sujeto no tiene perdón de Dios, ojalá se pudra en la cárcel por depravado”, son algunos de los comentarios hechos por los ciudadanos.

A víctima de abuso le marcaron con un cuchillo las siglas AUC

Después de 20 años continúan conociéndose hechos macabros a cargo de los paramilitares. La Fiscalía, en su propósito de avanzar en las investigaciones que engavetaron años atrás, logró desempolvar un aberrante caso de abuso y tortura en contra de una menor. La víctima fue secuestrada, abusada y “marcada” por los paramilitares.

El 26 de noviembre de 2002 en Medellín, criminales del entonces Bloque Cacique Nutibara de las extintas autodefensas, al mando de Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna, interceptaron a la víctima y la secuestraron. Se la llevaron y abusaron sexualmente de ella. Como si fuera poco, la torturaron provocándole quemaduras con un cigarrillo.

“El caso ocurrió en el barrio Bello (municipio del Área Metropolitana), en el oriente de Medellín (Antioquia), el 26 de noviembre de 2002. Integrantes del entonces Bloque Cacique Nutibara de los extintos grupos de autodefensa interceptaron a la víctima que caminaba rumbo al colegio. Al parecer, la llevaron a un inmueble, le vendaron los ojos, la sometieron a tratos crueles y degradantes, y la agredieron sexualmente”, advirtió la Fiscalía.

La menor, en ese momento, no solo fue abusada, sino que los delincuentes la “marcaron” con las siglas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Para hacerlo usaron un cuchillo, la cortaron de tal forma que lograron unir trazos de heridas para completar las iniciales. Sin duda una tortura inexplicable y aterradora.

“La Fiscalía General de la Nación, a través de una fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, vinculó formalmente a una investigación al exjefe paramilitar Diego Fernando Murillo Bejarano, alias Don Berna o Adolfo Paz, como presunto responsable de la tortura y abuso sexual contra una joven, a quien le marcaron en el cuerpo las iniciales AUC”, señaló el fiscal del caso.