Preocupadas se encuentran más de 50 familias del barrio Gaitán en Bucaramanga, ante el riesgo ocasionado por la erosión del suelo. Con el paso de los años y como consecuencia de factores climáticos, la situación y el terreno de estas viviendas han ido empeorando.
El caso más complejo lo afrontan las familias residentes en la calle 15 con carrera 7, donde debido a la inestabilidad del terreno la vía de acceso colapso. Ahora, los afectados deben ingeniárselas para poder salir de sus viviendas, toda vez que el paso peatonal está ubicado en zona de alto peligro.
“Esa franja hace parte de la erosión y sobre esa franja había un paso peatonal con unas escaleras; sin embargo, el paso está en medio de dos áreas de deslizamiento, lo cual pone en riesgo la vida de las personas, porque el sitio no es seguro y el terreno es muy inestable. Esto nos obliga a que las personas no lo utilicen”, indicó Luis Ernesto Ortega, director de Gestión de Riesgo de Bucaramanga.
Ante esta situación, las familias afectadas, para poder desplazarse hacia sus lugares de trabajo o colegios deben salir por el barrio La Gloria, sector aledaño al barrio Gaitán; esto teniendo en cuenta que dada la falla que se presenta en el sector, difícilmente podrá repararse la vía.
Otros sectores afectados
Tras un sismo apareció una enorme grieta en la calle principal del barrio La Feria, La Cuyanita y Camilo Torres, parte alta y parte baja, ubicados sobre la escarpa occidental de la capital de Santander.
Dicha grieta pasó de medir centímetros a más de un metro de profundidad, e, incluso, se extendió a varias viviendas, es tan grave la situación generada por esta falla geológica que algunas casas ya colapsaron. Solo en un fin de semana tres inmuebles se fueron al piso.
“Aquí en el barrio La Feria somos gente honesta y trabajadora. Somos vulnerables, a esta vía hace como cuatro meses le echaron la malla vial y no sabemos esos agrietamientos por qué”, señaló la presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio La Feria, Isabel Celis.
En un primer informe, la oficina de Gestión del Riesgo indicó que hay 800 metros de terreno afectado de manera directa, dos kilómetros con posibles afectaciones o afectados de manera indirecta, y una grieta de más de tres kilómetros de distancia lineal.
De acuerdo con la comunidad, de no realizarse una intervención a tiempo para controlar el deslizamiento de tierra, la próxima vivienda en colapsar sería el Ágora. Así mismo, el peligro es latente debido a que en la parte baja del talud aún hay varias familias que no quieren desalojar sus hogares, porque no tienen a dónde ir.
Las afectaciones en el sector están siendo atendidas mediante un plan de acción de cuatro etapas, de las cuales la primera ya se ejecutó y la segunda está en desarrollo. La tercera etapa es la finalización del estudio de Amenaza, Vulnerabilidad y Riesgo, para seguidamente arrancar con las obras de mitigación y estabilización.
La fase final consiste en llegar a acuerdos con el Gobierno nacional para estudiar posibles reubicaciones, en proyectos de vivienda de interés social a la población afectada.