La Fiscalía General de la Nación ocupó dos inmuebles en la ciudad de Bucaramanga (Santander), con fines de extinción de dominio, que habrían sido utilizados por una red delictiva dedicada al tráfico y comercialización de sustancias estupefacientes.

Los predios, ubicados en el barrio Alarcón y la Avenida Quebradaseca, usaban la fachada de establecimientos comerciales tipo hostales y así alquilaban habitaciones exclusivamente para el consumo de alucinógenos, el cual también era vendido en cada lugar.

“Se afectaron las finanzas de los grupos de delincuencia común organizada conocidos como “Yakuza” y “Los de la 30″ que utilizaban los establecimientos de comercio, como fachada para dar apariencia de legalidad y de esta manera camuflar el almacenamiento y expendio de sustancias estupefacientes. Estos sitios se ubican en zonas neurálgicas de consumo de estupefacientes en la ciudad, con un alto flujo de habitantes de vivienda no formal”, explicó el coronel José Oscar Jaramillo, comandante (e) de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.

De acuerdo con la investigación estos grupos criminales habían sido desarticulados por las autoridades en 2020, sin embargo tras no ser enviados a prisión reinventaron el modus operandi para así poder burlar los controles de las autoridades.

Los consumidores luego de comprar el estupefaciente, principalmente cocaína y bazuco, podían pagar un costo adicional y consumir las dosis en las habitaciones de estas residencias. “Tenían como modus operandi controlar sitios estratégicos que concentran adictos a las drogas y habitantes de vivienda no formal”, agregó el coronel Jaramillo.

El actuar de estas organizaciones quedó al descubierto mediante agentes encubiertos que recopilaron suficiente material probatorio, compras controladas de estupefacientes, vigilancia de casas, entre otras labores investigativas.

“Como resultado se realizó la materialización de medidas cautelares de embargo, secuestro y suspensión del poder dispositivo de los dos bienes inmuebles, los cuales fueron avaluados en $1.030.000.000; estas propiedades fueron entregadas a la Sociedad de Activos Especiales (SAE), quienes serán los encargados de administrarlos hasta que se surta una decisión por parte de un Juez de la República”, sostuvo el comandante de la Mebuc.

En lo corrido de este año han sido ocupados para extinción de dominio 10 inmuebles que eran usados para el microtráfico y almacenamiento de elementos hurtados, según indicó la Secretaría del Interior de Bucaramanga.

“Esperamos que de la mano del Gobierno Nacional los bienes que fueron adquiridos con dineros ilícitos del microtráfico y narcotráfico sean utilizados a futuro para construir espacios de bienestar social para la ciudadanía”, manifestó Melissa Franco, jefe de la cartera municipal.

En Bogotá

Casas, apartamentos y sociedades en Bogotá estaban a nombre de los cabecillas o de testaferros de organizaciones criminales dedicadas a la explotación sexual de menores. Los delincuentes concentraron su actividad criminal en las mismas propiedades que ahora pasaron a manos del Estado, a través de los procesos de extinción de dominio.

Las bandas impactadas estaban ubicadas en las localidades de Kennedy y Mártires, en el centro de Bogotá. Los delincuentes de ‘Las Arandias’ y ‘Los Coteros’, las organizaciones que se enquistaron en Bogotá, lograron amasar una fortuna con las actividades criminales y el sometimiento de menores de edad y mujeres en los locales que tenían a su disposición.

Para los investigadores es claro que los bienes, ahora en manos del Estado, fueron adquiridos con el dinero que dejaban las actividades criminales a cargo de estas dos organizaciones que obligaban a menores de edad a ejercer actividades sexuales en los mismos locales ocupados con fines de extinción de dominio.

“El trabajo investigativo del CTI y de la SIJIN de la Policía Metropolitana de Bogotá permitió establecer que ‘Los Coteros’, al parecer, dispusieron de un local en Kennedy para someter a mujeres a tratos crueles e indignos”, señaló la Directora Especializada de Extinción del Derecho de Dominio, Liliana Patricia Donado Sierra.