José Manuel Barrios, un hombre de 44 años, nacido en Aguachica, departamento del Cesar, huyó de su hogar hace varios años por amenazas de muerte de grupos ilegales que cobraron la vida de un ser querido.
Ante este flagelo, Barrios salió desesperado de su casa, con un costal al hombro y profunda tristeza, rumbo a la capital santandereana, dejando atrás toda su vida. “Me tocó venirme a la ciudad de Bucaramanga sin conocer a nadie, ahí fue donde cogí las calles”, comentó el ciudadano.
Así las cosas, cuando llegó a la Ciudad Bonita, empezó consumir drogas y vivir del reciclaje. Además, frecuentaba el sector de la cuarta, luchando con duelos internos y pasando necesidades.
Sin embargo, un día, la Secretaría de Desarrollo de Bucaramanga realizaba un recorrido nocturno para socializar los convenios de inclusión social y rehabilitación a los habitantes de calle que quisieran recibir este servicio y fue ahí donde se toparon con este hombre.
Cansado de llevar esa vida y con ilusión de poder volver a ver a su familia, José Manuel tomó la decisión de cambiar e ingresar a la Fundación Santa Rita de Casia, para tomar un nuevo rumbo en su vida.
Pues su sueño más grande era volver a contactarse con la familia que un día dejó atrás y pedirles perdón por las malas decisiones que tomó en el pasado. “Yo quería ver a mi familia y decirles que me perdonaran por todo lo que los hice sufrir”, expresó con llanto.
Ante este deseo, los profesionales que llevaban su caso se contactaron con su hermana por medio de las redes sociales, allí le hicieron la propuesta de viajar a Bucaramanga y darle ese cálido abrazo que tanto anhelaba José Manuel.
Por su parte, la Fundación Santa Rita organizó un espacio con todos sus compañeros para recibir una gran sorpresa, pero lo que José Manuel no sabía es que esa celebración era por la llegada de su hermana.
“Yo no sabía que estaba vivo, pensé que estaba muerto. Me decían que estaban en las calles de Bucaramanga, pero no tenía contacto con él. Cuando la doctora Claudia me llamó, yo estaba muy emocionada, sentía algo en el pecho y comencé a llorar”, afirmó Claudia Barrios, hermana de José Manuel.
Fue un momento muy emotivo, el llanto y la emoción de ver nuevamente a su hermana consentida fue una motivación más para seguir en su proceso, salir adelante y volver a recuperar su vida como hace 18 años.
“Gracias a Dios en la fundación Santa Rita llevo cuatro meses de sobriedad sin saber que son las drogas, recuperándome y recuperando a mi familia”, señaló el hombre.
Lo que busca la administración municipal es garantizar servicios de calidad y dignificar a las personas que por alguna circunstancia terminaron viviendo en las calles, es por ello que el Programa de Habitantes en Calle ha tenido una trasformación en sus servicios.
Durante este 2022, se crearon estrategias artísticas y culturales para fomentar el aprovechamiento del tiempo libre y la reducción del consumo de droga como:
- Talleres de alfabetización.
- Cursos de artes plásticas.
- Clases de teatro.
- Actividades recreativas (cine, karaoke y baile).
- Intervenciones grupales para la reducción del consumo de drogas y el desarrollo de habilidades para la vida.
También se realizaron las primeras olimpiadas deportivas, donde más de 60 habitantes en calle mostraron sus habilidades en disciplinas como natación, fútbol y voleibol, entre otros deportes. “Esta es una administración comprometida con la dignificación y restablecimiento de derechos de los ciudadanos en condición de calle”, puntualizó Jorge Neira, secretario de Desarrollo Social.