De un momento a otro la salud de Emma, una pequeña de tres años, se complicó. Mientras jugaba con un primo, en su vivienda ubicada en la ciudad de Bucaramanga (Santander), sufrió repentinamente un episodio de convulsión que por poco le cuesta la vida; sin embargo, la ayuda para salvarla también apareció de manera repentina.

En medio de la crisis, la niña dejó de respirar y la situación se puso más tensa. En seguida, su abuela y tíos, quienes la estaban cuidado para el momento, salieron corriendo con ella en busca de un centro asistencial. Habían alcanzado a recorrer unas cuantas cuadras del barrio Girardot, cuando la ayuda apareció en el camino.

La niña fue reanimada por los patrulleros y llevada hasta el Hospital Universitario de Santander. | Foto: Policía Mebuc.

Dos patrulleros de la Policía que hacían ronda por el mencionado sector abordaron a la familia; uno tomó a Emma y comenzó a realizarle maniobras de reanimación, mientras que el otro controlaba a los curiosos que llegaron al lugar para que no entorpecieran el procedimiento y dejaran que la niña recibiera suficiente ventilación.

Tan pronto el uniformado Julián Esteban Urrego sintió los latidos del corazón de Emma, inició una carrera maratónica para llevar hasta un centro hospitalario. La subieron a un vehículo particular y emprendieron el recorrido, Juan Sebastián Díaz Pérez (el otro patrullero) iba abriendo paso en medio de la congestión vehicular; mientras Urrego continuaba con las maniobras de reanimación dentro del vehículo.

“En el momento en el que nos encontrábamos realizando el plan candado, nos aborda una ciudadana en una motocicleta y nos dice que hay una niña sin respiración y desmayada, por tal motivo mi compañero decide hacer el RCP, los primeros auxilios y es trasladada al centro de salud más cercano. Para mí es muy gratificante como policía, como ser humano, llegar en ese momento exacto donde la ciudadanía nos necesita y poderle prestar los primeros auxilios a una niña y poder salvaguardar esa vida”, dijo el patrullero Sebastián Díaz, uno de los que auxilió a la menor de edad.

En cuestión de minutos, lograron llegar con Emma hasta el Hospital Universitario de Santander (HUS), donde los médicos terminaron de estabilizar a la niña, quien gracias a la intervención de los uniformados y los galenos se encuentra fuera de peligro.

Patrulleros Juan Sebastián Díaz Pérez y Julián Esteban Urrego. | Foto: Policía Mebuc.

“Para mí es muy satisfactorio haber realizado este procedimiento, toda vez que como padre de familia pensé en mi hija. Es un momento de adrenalina, pero también de mucho autocontrol; nosotros como policías tenemos que caracterizarnos por manejar el control de las emociones, eso hice en ese instante porque los padres y la comunidad estaban bastante desesperados”, expresó el patrullero Julián Esteban.

Hasta el décimo piso del HUS también llegó el brigadier general José James Roa Castañeda, comandante de la Policía de Bucaramanga, quien suspendió sus labores para conocer el estado de salud de Emma y entregarle un detalle para hacer más llevadera su estancia en el hospital.

“Estoy muy agradecida, primero con Dios, porque permitió que esos angelitos estuvieran ahí, en el momento preciso y oportuno. Ellos estuvieron disponibles para darle los primeros auxilios a mi nieta en el momento en que mis hijos la iban sacando para llevarla a la clínica y se encontraron con dos uniformados que estaban ahí y, cuando vieron que la niña estaba en ese estado reaccionaron gracias a Dios”, explicó Ana María Navarro, abuela de la niña.

Emma tiene 3 años y reside en el barrio Girardot. | Foto: Policía Mebuc.

Entre tanto, desde el HUS indicaron que “la paciente inicialmente fue atendida en la Unidad Materno Infantil, llegó con un estatus convulsivo, estaba bastante somnolienta, se hace un procedimiento anticonvulsionante y remiten al Hospital Universitario de Santander alrededor de las 3:30 de la mañana y aquí es atendida por el pediatra de turno, quien ordena observación de la paciente y unos exámenes para diagnosticar si hay alguna enfermedad metabólica de base y solicitan la valoración por el neurólogo pediatra quien le ordena un nuevo anticonvulsionante oral”, manifestó el médico Óscar Eduardo Franco, médico del Hospital Universitario de Santander.