Por aire y tierra, un grupo de motociclistas fue sorprendido por las autoridades que llegaron hasta el sector sur de la ciudad de Bucaramanga (Santander), donde la ciudadanía había reportado la práctica de piques ilegales y, a su vez, el aumento de focos de inseguridad.
En medio del robusto operativo con el que se desplegaron todas las capacidades interinstitucionales para generar control en la zona, fueron capturadas tres personas y dos uniformados de la Policía resultaron heridos.
“Recibimos una denuncia ciudadana, de inmediato iniciamos el seguimiento y encontramos un grupo de aproximadamente 400 motociclistas que venían realizando piques ilegales, maniobras peligrosas y consumo de sustancias alucinógenas y licor, así como [estaban] generando zozobra entre la comunidad”, dijo el brigadier general José James Roa Castañeda, comandante Policía Metropolitana de Bucaramanga.
Tan pronto los motociclistas se percataron de la presencia de las autoridades, intentaron escapar del lugar por la zona boscosa y entre los canales del río que atraviesa la zona industrial conocida como provincia de Soto, al sur de la capital santandereana.
“Tenemos más de 90 motocicletas inmovilizadas por infracciones al Código Nacional de Tránsito, se han recuperado seis que figuraban como hurtadas y otras que no cuentan con ningún tipo de documentación están siendo sometidas a proceso de verificación para conocer su procedencia”, agregó el comandante.
Así mismo, en el lugar fueron hallados cuatro menores de edad, a quienes se les inició el proceso para el restablecimiento de sus derechos. También, fueron capturadas tres personas por los delitos de receptación y hurto.
“La irresponsabilidad de estas personas es tan alta que no les importaba la vida de los policías, dos resultaron lesionados tras ser arrollados por algunos motociclistas que pretendían evadir el cerco policial; afortunadamente se encuentran fueron de peligro. Sin embargo, nuestro bloqueo fue total y evidenciamos que algunos infractores tomaron sus motos y las lanzaron directamente al caño, otros a zona boscosa porque son los mismos que salen a coger la ciudad de ruina”, sostuvo el brigadier general Roa Castañeda.
El comandante hizo un llamado a la comunidad para que continúe denunciando este tipo de situaciones que ponen en riesgo la vida de cualquier persona. “Le estamos dando un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía. Seguiremos haciendo todas las intervenciones necesarias para que en este lugar retorne la tranquilidad”.
Estos los operativos se seguirán realizando en otros lugares de la ciudad, donde también se vienen presentando quejas en cuanto a piques ilegales y focos de inseguridad. Adicional a esto, las autoridades buscan reducir delitos como la instrumentalización de niños, niñas y adolescentes para la venta de estupefacientes.
Cabe recordar que en la capital de Santander se han incrementado los hurtos por parte de los llamados motoladrones, quienes atacan en manada para despojar a los ciudadanos de sus pertenencias, tal como quedó registrado en cámara de seguridad recientemente.
Eran las 4:16 p.m. del miércoles 23 de febrero y la víctima se encontraba en la calle 87 con carrera 26 del barrio Diamante II, donde debía entregar un paquete. Sin embargo, mientras encontraba un punto exacto cinco delincuentes lo interceptaron.
Los ladrones se movilizaban en tres motocicletas. Según se observa en las imágenes, dos de estos sujetos descendieron de las motos y comenzaron a forcejar con el mensajero para quitarle un bolso, el celular y otros objetos personales.
La víctima, aunque intentó evitar el atraco, no fue posible. Pues, uno de los delincuentes desenfundó un arma de fuego y lo amenazó con dispararle, mientras que el cómplice lo tumbó de la moto; una vez el mensajero cayó al piso, los sujetos le propinaron varios puños y patadas en el cuerpo.