Un nuevo ataque de sicarios prende las alarmas entre las autoridades de Santander, en esta ocasión los delincuentes arremetieron contra un ciudadano venezolano cuando terminaba su jornada laboral en un montallantas, ubicado en el municipio de Lebrija.
Antonio Corro Navas, como fue identificada la víctima, se encontraba en el taller conocido como Papo; allí laboraba como auxiliar de mecánica. La jornada de trabajo había transcurrido con normalidad, pero cuando él y un compañero se disponían a salir del establecimiento, dos sujetos armados los sorprendieron.
Eran las 9:40 p. m. cuando se escucharon varios disparos cerca al monumento a La Piña, Corro Navas fue impactado en dos oportunidades y su compañero en una. Los dos cayeron gravemente heridos, mientras que los agresores escaparon del lugar a bordo de una motocicleta con rumbo desconocido.
Minutos después, los dos hombres fueron auxiliados y trasladados hacia el área de urgencias del Hospital San Juan de Dios de Lebrija, allí los médicos ingresaron a Antonio Corro Navas a sala de reanimación, pero, pese a los esfuerzos realizados, el hombre falleció. Entre tanto, la otra persona herida continúa bajo observación médica, su pronóstico es reservado.
Las autoridades de Lebrija indicaron que se adelantan las respectivas indagaciones para esclarecer este crimen que, presuntamente, estaría relacionado con el cobro de una deuda por parte de una banda de pagadiarios, también llamados ‘gota a gota’. Pues, al parecer, la víctima, en medio de problemas económicos, habría recurrido a personas que prestan dinero y presuntamente no cumplió con los pactos. No obstante, serán los investigadores quienes confirmen o descarten esta hipótesis.
Antonio Corro Navas, según se conoció, era oriundo de la ciudad de Aroa (Venezuela) y padre una niña. Había llegado hace algunos años a Colombia en busca de mejores oportunidades tanto para él como para su familia, que ahora busca los recursos económicos para poder despedirlo en cristiana sepultura.
En Floridablanca
Otro ciudadano venezolano, de 29 años, quien fue identificado como Óscar Alejandro Torres, fue asesinado en medio de un hecho de intolerancia la noche del pasado domingo.
Óscar Torres se encontraba en el parque principal cuando fue abordado por Junior Alfonso Escorcia, un joven de 23 años que le habría pedido que lo llevara hasta un barrio en Bucaramanga. Sin embargo, el ciudadano venezolano le habría dicho que no, al parecer por la hora y la distancia.
La negativa del mototaxista desató la ira de Escorcia, quien sacó un cuchillo que tenía escondido entre la pretina y apuñaló Torres en repetidas oportunidades. El ciudadano venezolano fue auxiliado y llevado hasta el hospital local, pero debido a la gravedad de las heridas falleció mientras recibía atención médica.
Entre tanto, testigos del hecho y familiares de Torres intentaron linchar a Junior Escorcia, quien pese a ser protegido por uniformados de la Policía recibió varios golpes, por lo cual tuvo que ser trasladado Hospital Internacional de Colombia (HIC), donde además se efectuó la captura por el delito de homicidio.
“Lamentablemente ocurren los incidentes de afectación a la vida de los seres humanos que pueden hacer parte de cualquier núcleo familiar: padres, hijos, hermanos, sobrinos, que todos lamentamos, diferentemente de los móviles, diferentemente de la perfilación o los orígenes de estas muertes”, dijo el coronel Misael Quiroga comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.