Una tragedia ha conmovido a la comunidad de Barrancabermeja, Santander, con el lamentable fallecimiento de un niño de seis años que sufrió graves daños en su salud tras ingerir fósforo blanco, un componente altamente tóxico proveniente de la pólvora.
El incidente ocurrió el pasado 15 de diciembre, cuando el niño fue ingresado a un centro médico del municipio petrolero tras la ingesta del peligroso químico. A pesar de los esfuerzos iniciales por estabilizarlo, su situación se complicó rápidamente debido a la gravedad de las lesiones internas que el fósforo blanco causó en su organismo.
Ante el empeoramiento de su estado de salud, el 20 de diciembre fue necesario trasladarlo de urgencia a la Clínica Foscal, en Floridablanca, donde los médicos hicieron todo lo posible por salvar su vida.
En la clínica, los especialistas proporcionaron atención intensiva al pequeño, pero su condición era muy delicada, con daños irreversibles que afectaron gravemente su salud. El niño, a pesar de los esfuerzos médicos, no logró superar las complicaciones y falleció, dejando una profunda tristeza en su familia y en la comunidad.
“El menor ingresó a un centro médico en Barrancabermeja, primero por vómito y diarrea. Los padres no se percataron de la situación ni la asociaron con pólvora. Sin embargo, el estado de salud del menor empeoró con el paso de los días, y fue trasladado a un hospital de mayor nivel”, detalló el secretario de Salud de Santander, Edwin Antonio Prada Ramírez.
Por su parte, las autoridades de Santander dieron a conocer que abrirán una investigación contra los padres del niño, quien —establecieron los médicos— perdió la vida debido a una grave falla hepática ocasionada por la ingesta de fósforo blanco.
“Es un caso muy delicado. Las autoridades competentes están realizando una investigación para establecer si hubo negligencia o falta de cuidado por parte de los padres, lo que podría derivar en responsabilidades penales”, mencionó el secretario de Salud de Barrancabermeja, Andrés Monsalve, en El Espectador.
En el departamento de Santander, donde se ha registrado este caso, las autoridades informan que hasta el momento 21 personas han sufrido quemaduras a causa de la pólvora. Este número refleja la necesidad urgente de reforzar las medidas de control y concientización sobre los peligros que conlleva el uso irresponsable de este material durante las celebraciones.
En muchos municipios, las restricciones son cada vez más estrictas, pero la venta ilegal y el desconocimiento de los riesgos continúan siendo problemas persistentes.