Hay luto en la ciudad de Bucaramanga (Santander) tras conocerse el fallecimiento de un niño, de 11 años, quien había sido rescatado por la Policía tras ser arrastrado, junto con su hermano, por la corriente del río de Oro.

El menor de edad permaneció internado en una Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, en la clínica San Luis, durante nueve días y aunque los médicos hicieron todo lo posible por salvarle la vida, no se logró.

Los menores de edad fueron arrastrados un kilómetro por la corriente. | Foto: Policía Mebuc.

El pasado jueves, 31 de agosto, sobre el mediodía, se reportó el fallecimiento luego de presentar complicaciones de salud. Según el reporte médico, a raíz de la inmersión en el río, el niño sufrió una parada cardíaca y a su llegada a la clínica fue diagnosticado con hipoxia cerebral moderada.

Aunque fue relativamente corto el tiempo que el menor de edad estuvo sumergido en el agua, esto fue suficiente para ocasionarle daños a nivel respiratorio y neurológico, por lo cual el pronóstico siempre fue reservado.

Una vez se conoció la lamentable noticia, a la clínica llegó personal del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía, quienes se encargaron de realizar el levantamiento del cuerpo, el cual fue trasladado hacia la morgue de la sede de Medicina Legal en Bucaramanga.

En cuanto al otro niño, de ocho años, las autoridades señalaron que afortunadamente logró recuperarse y días después, tras recibir atención médica, fue dado de alta.

Los uniformados con ayuda de la comunidad lograron sacar a los niños del agua. | Foto: Policía Mebuc.

El día de la emergencia

La madrugada del pasado martes, 22 de agosto, en la ciudad de Bucaramanga se registró un fuerte aguacero que dejó más de 160 viviendas afectadas, colapso en el sistema de alcantarillado de varios sectores y el desbordamiento del río de Oro.

Ante esta emergencia, los organismos de socorro y las autoridades se trasladaron hasta los diferentes sectores para establecer el balance de afectaciones y brindar ayuda a la comunidad. Precisamente, mientras un grupo de uniformados de la Policía adelantaba labores de limpiar y restaurar las áreas afectadas por la inundación, recibieron una nueva llamada de auxilio.

Desde el asentamiento humano Pizarro del barrio Galán, en Bucaramanga, reportaron la desaparición de dos niños de ocho años, tras ser arrastrados por la corriente del río de Oro. Los pequeños se encontraban en una orilla del afluente, al parecer, lavando un par de zapatos que estaban llenos de barro.

“Estábamos al mediodía en el almuerzo de olla comunitaria, aquí en el barrio, cuando escuchamos los gritos que a los niños se los llevó el río. Que supuestamente estaban lavando unas chancletas y se metieron mucho a la corriente, estaba crecido por las lluvias”, dijo en su momento a las autoridades un familiar de los menores de edad.

Integrantes de Polnasar realizaron el rescate de los menores de edad. | Foto: Policía Mebuc.

Al lugar de inmediato llegó Unidad de Operaciones Especiales en Emergencias y Desastres, Ponalsar, e iniciaron las labores de búsqueda con ayuda de la comunidad. Los niños fueron vistos un kilómetro más abajo de donde se encontraban y, por fortuna, unas piedras impidieron que siguieran avanzando.

“La comunidad del sector del Cinco de Enero, el cual limita con el barrio Galán y el sector de Pizarro, nos generó una alerta temprana que nos permitió reaccionar de forma rápida. Los niños estaban siendo arrastrados por la corriente casi desde un kilómetro y alcanzamos a ubicarlos, unas piedras los detuvieron y ahí los rescatamos”, explicó el 22 de agosto la subintendente Lisseth Peña, integrante del grupo Ponalsar de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.

Una vez los hermanitos fueron sacados del agua, los uniformados les brindaron los primeros auxilios y lograron reanimarlos, posteriormente —en una carrera contra el tiempo— fueron llevados a un centro asistencial.