Más de un mes completan los habitantes de la vereda La Platanala, en el municipio de Rionegro (Santander) viviendo bajo el agua, luego de que las fuertes lluvias que cayeron en el departamento durante los meses de abril y mayo provocaran el desbordamiento de los ríos Lebrija y Cáchira, que su vez generaron la pérdida de cultivos y cientos de cabezas de ganado.
María Luisa Rivera, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC) de la vereda, en diálogo con SEMANA, aseguró que más de 200 familias están afectadas por esta emergencia ambiental, debido a que la vereda se ha convertido en un “mar y los pobladores están atrapados en sus viviendas”.
“Desde el año pasado se viene presentando un fenómeno y es que el río ya perdió su cauce natural y se desborda por la margen izquierda, inundando todas las fincas que se encuentran sobre esa margen, cerca de 3.000 hectáreas están inundadas”, contó Rivera.
De acuerdo con la presidenta de la JAC, toda la sedimentación del río Cáchira termina en Bajo Rionegro, porque es la parte plana del municipio, allí durante más de 10 años se ha acumulado grandes cantidades de arena. “Cuando estamos en época de verano y el flujo del río está normal, la profundidad no alcanza más de 50 centímetros por la cantidad de arena, es prácticamente una playa”, agregó.
“Las familias no tienen cómo salir de sus casas porque el agua les llega hasta las habitaciones, esas viviendas están completamente deterioradas. Esto ya es una tragedia para nuestra vereda, los cultivos de palma africana, la ganadería y toda la producción agropecuaria se ha perdido”, sostuvo María Luisa.
No solo los agricultores se han visto afectados por no poder sacar sus productos, también los estudiantes, quienes en algunos casos han optado por desertar de las actividades escolares, ya que no tienen la forma de llegar al colegio.
“El río nos ha tumbado el puente de la única vía de acceso hacia la Panamericana cualquier cantidad de veces; sin embargo, con ayuda de la comunidad hemos logrado reconstruirlo para no quedar completamente incomunicados”.
María Luisa, según contó a SEMANA, en repetidas oportunidades ha tocado las puertas de la Alcaldía de Rionegro (Santander), de la Oficina de Gestión del Riesgo tanto departamental como municipal, pero pese a que ha pasado derechos de petición y acciones populares hasta el momento los habitantes de la vereda La Platanala no reciben solución alguna.
“En la Alcaldía nos dicen que ya gestionaron y en la Oficina de Gestión del Riesgo nos dicen que ya se asignaron todos los recursos, pero nada, las ayudas no llegan. Ahora estamos gestionando con la CDMB para que a través de los consejos de gestión del riesgo municipales sea incluida dentro del plan de acción maquinaria amarilla para ayudar a parar un poco el flujo del río, pero llevamos un mes esperando y nada de soluciones”.
Tanto la presidente de la JAC como los habitantes de la vereda piden a las autoridades que les brinden la atención que necesitan. “Requerimos que draguen el río porque es toda la comunidad de Rionegro Bajo que está amenazada. Necesitamos que nos presten atención, porque ya no sabemos a quién más acudir”.
“Este problema es como la crónica de una muerte anunciada, hace más de 2 años estamos advirtiendo sobre esta problemática y ahora el río es incontrolable. Desafortunadamente en este país las cosas son así, hasta que las cosas no tienen solución”, concluyó María Luisa Rivera.