Las autoridades en la ciudad de Cali confirmaron que dos persona, una de las cuales es trabajadora de la Universidad del Valle, fueron capturados como presuntros autores materiales e intelectuales de las dos funcionarias de esa misma entidad, en un hecho que se registró en el pasado mes de febrero.

Los detenidos son una mujer como autora intelectual y un hombre como el responsable material del doble crimen; quienes serán presentados en las próximas horas.

Por las capturas será pagada una recompensa por entregar información que le permitió a las autoridades avanzar en la investigación que permite hacer efectivas las capturas. La misma, que llegaba a $ 100 millones, fue anunciada por Jimmy Dranguet, el secretario de Seguridad y Justicia de Cali, “desde la Alcaldía de Cali elevamos a $ 100 millones la recompensa para desdoblar todas las tareas de inteligencia en torno a los hechos que involucran el asesinato de Gloria y María Elena. Toda nuestra solidaridad con sus familias y compañeros de trabajo”, precisó.

Jimmy Dranguet Secretario de Seguridad de Cali | Foto: CRISTFRANKOP

Además entregó instrucciones a la Policía para que se despliegaran en todo el territorio para identificar y capturar lo más rápido posible a los responsables de este hecho atroz que aseveró “nos ha generado consternación”.

Las víctimas de este doble homicidio ocurrido el pasado 22 de febrero fueron las aseadoras Gloria Mendoza y María Elena Mendoza. Las dos mujeres fueron atacadas con arma de fuego cuando se movilizaban a bordo de una motocicleta por el barrio El Ingenio, sur de la ciudad.

Las investigaciones permitieron capturar a dos personas por el caso | Foto: Universidad del Valle - API

Las investigaciones inicales le permitieron determinar a los investigadores que el homicida también se movilizaban en motocicleta, quien se encargó de conducir y dispararles a las trabajadoras cuando pasaban por la calle 13B con carrera 86, cerca de la sede Meléndez de la Universidad del Valle.

En el momento en el que ocurrió el hecho, el coronel William Quintero entregó algunos datos que pudieron resultar determinantes en la investigación del caso: “El año pasado, en el mes de julio, una de las mujeres formuló una denuncia penal por amenazas, dado que una persona habría llegado hasta su vivienda, en el barrio Siloé, para intentar ultimarla”.

La inspección y el levantamiento de los cuerpos de las trabajadoras fue ejecutado por los peritos del CTI de la Fiscalía General de la Nación, quienes arribaron a la escena de los asesinatos para recolectar la primera información que permitió iniciar con la investigación.

La situación de violencia fue rechazada en su momento por el Sindicato de Trabajadores y Empleados Universitarios de Colombia (Sintraunicol), desde donde indicaron: “rechazamos estos hechos de violencia contra nuestras compañeras, exigimos de los organismos de seguridad del Estado el esclarecimiento de los hechos y justicia ante estos viles crímenes que de nuevo ponen de luto a nuestra organización y alma mater”.

De acuerdo con la Fiscalia General de la Nación, con apoyo de la Policía, el CTI logró la captura y judicialización de “dos presuntos responsables del homicidio de dos mujeres, que trabajaban en una universidad de Cali”.

Este doble homicidio aumentó además el temor entre los trabajadores de la institución y recordaron que hace menos de un año -mayo de 2022- asesinaron a otros dos trabajadores de la institución: Mauricio Fory Balanta, aseador de 56 años de edad, y Misael Fernando Ávila Solarte, cocinero de 37 años de edad.

“Meses atrás mataron a otros compañeros y solo hubo palmaditas en la espalda, y ahora asesinan a otras dos compañeras. Esto no puede ocurrir, somos ser humanos, mujeres”, lamentó Marlene Alegría, empleada de la Universidad del Valle desde hace 28 años y directiva del Sindicato de Trabajadores y Empleados Universitarios de Colombia (Sintraunicol), al cual pertenecían las cuatro víctimas.

Compañeros de las dos mujeres afirman estar devastados y temer por sus vidas. | Foto: Sintraunicol

Alegría afirmó estar conmocionada ante la brutalidad de los crímenes, cometidos cuando las mujeres iban en motocicleta por la calle 13B con carrera 86, barrio Ingenio.

“Me he quedado sin palabras, con un sin sabor, como si me faltara algo en el estómago, porque siempre me he preguntado, y ahora lo hago con más vehemencia, cómo un ser puede llamarse a sí mismo hombre, alguien que le dispara a dos mujeres indefensas”, cuestionó.