En lo corrido del último mes se han registrado tres ataques contra trabajadores de ingenios azucareros en el departamento del Cauca.
El más reciente ocurrió en las últimas horas en una finca ubicada en el municipio de Padilla, cuando sujetos armados dispararon con arma de fuego contra trabajadores del ingenio La Cabaña.
Ocurrió mientras los trabajadores llevaban a cabo sus labores y dejó dos heridos que fueron trasladados a la ciudad de Cali para recibir atención médica.
“Es alarmante el aumento de la inseguridad para los trabajadores del sector agroindustrial de la caña en el norte del Cauca. Hacemos un llamado al Gobierno nacional, a la Fiscalía General de la Nación y a las autoridades para que tomen acciones rápidas que permitan identificar a los responsables de estos atentados y llevarlos ante la justicia. No se puede permitir que los delincuentes queden protegidos por el manto de la impunidad y se sigan vulnerando los derechos a la vida, al trabajo y a la libre movilidad en el norte del Cauca. También pedimos el acompañamiento de la Defensoría del Pueblo y las organizaciones de derechos humanos en esta región”, afirmó Claudia Calero, presidenta de Asocaña.
El pasado 6 de febrero, también en Padilla, un enfrentamiento entre organizaciones indígenas y trabajadores dejó dos colaboradores del Ingenio del Cauca muertos. En ese mismo ataque dos personas resultaron heridas y una más fue secuestrada y liberada posteriormente. Además, fue incinerada una motocicleta.
Las víctimas mortales eran dos hombres de 48 y 49 años de edad.
Menos de dos semanas después, el 16 de febrero, sujetos armados que se movilizaban en motocicleta intimidaron a un trabajador del ingenio La Cabaña, en Santander de Quilichao; le robaron sus pertenencias –incluida su motocicleta– y luego le dispararon, hiriéndolo en el rostro, hombro y pecho.
“No podemos permitir que los actos cometidos por unos pocos frustren los esfuerzos por alcanzar la paz en el territorio. Es hora de ponerle freno a la acción de los violentos que están vulnerando el derecho a la vida, al trabajo y a la propiedad, y están poniendo en riesgo los cerca de 50.000 empleos directos e indirectos que genera la agroindustria de la caña en el norte del Cauca”, aseguró Calero.
Los ataques y las agresiones contra los trabajadores de los ingenios de azúcar empezaron a registrarse el año pasado luego de que comunidades indígenas alegaron tener un derecho ancestral sobre las tierras en las que ahora se siembra caña de azúcar.
Estas comunidades han invadido fincas, haciendas y lotes sembrados con caña de azúcar, argumentando tener ese supuesto derecho, pero se han topado con trabajadores, mayoritariamente afrodescendientes, que les han plantado cara, defendiendo su derecho a trabajar la tierra.