Este miércoles se registró un tiroteo al interior de un centro médico en el norte de Cali, lo cual es materia de investigación por parte de las autoridades de la capital del Valle del Cauca.
Según el coronel Rubén Gaitán, comandante Operativo de Seguridad Ciudadana de la Policía Metropolitana de Santiago de Cali: “El día de hoy en horas de la tarde se recibe una llamada al 123, donde dan cuenta que dos sujetos ingresaron a un centro médico al norte de la ciudad y habían realizado algunos disparos de forma inmediata”.
Por lo que el cuadrante que acudió al sitio notó que al interior del centro médico había un muerto y dos lesionados.
Ante el hecho, el coronel explicó que “de forma automática se activa un plan candado por toda la ciudad, con el ánimo de dar captura a estos sujetos. De igual manera, se destaca un personal de Investigación Criminal de inteligencia que buscan dar con la captura de estas personas y llevarlas a buen recaudo de autoridad competente”.
“Es importante tener en cuenta que una vez verificado de quién se trataba esa persona que perdió la vida allá, se trataría de una persona que presenta al parecer antecedentes penales. En este momento tenemos que decir que ya todo el entorno de la clínica y demás sitios aledaños se encuentra bajo el control de la Policía Nacional”, puntualizó.
A estaciones de Policía no les cabe un preso más, hacinamiento es alarmante
En muchas estaciones de Policía, incluyendo las de grandes ciudades, ya no hay espacio para más presos. Por ejemplo, en el Valle de Aburrá, Antioquia, según la Personería, el hacinamiento supera el 210 %. La situación más crítica se observa en las instalaciones de la Sijín, diseñadas para 20 personas pero albergando a 357. Los agentes, sin experiencia en este ámbito y expuestos a diversos riesgos, intentan manejar la sobrepoblación de detenidos.
El nivel de ocupación es tan alto que, en Sonsón, Antioquia, las autoridades tuvieron que adaptar un edificio privado para albergar a hombres considerados peligrosos. Sin embargo, reconocen que estas instalaciones carecen de medidas de seguridad adecuadas y los detenidos podrían escapar en cualquier momento.
La policía se esfuerza por evitar el colapso del sistema, como en Ibagué, donde los agentes y superiores contribuyen económicamente para reparar la infraestructura dañada y evitar fugas. A pesar de no ser destinados para detenciones prolongadas, algunos detenidos llevan más de un año en estas celdas a la espera de espacio en las cárceles del Inpec, que también sufren un hacinamiento del 25 %.
La situación es desesperada en Bucaramanga, donde hay espacio para 123 detenidos, pero más de 700 están recluidos. Además de las condiciones insalubres, preocupa que los policías estén desviados de sus funciones habituales para custodiar detenidos.
En Cali, la Personería Distrital reporta un hacinamiento de hasta el 700 %, lo que constituye una situación alarmante. El personero Gerardo Mendoza Castrillón advierte que esto compromete los derechos humanos de los detenidos, con estaciones de Policía diseñadas para 309 personas pero albergando a 2427.