La Policía Metropolitana de Cali desmanteló una banda que estaba comercializando marihuana en empaques plásticos donde generalmente vienen chicles.
Según informaron las autoridades, los traficantes vendían el alucinógeno en parques y entornos escolares del barrio Floralia (comuna 6) de Cali.
“Es preocupante que los jóvenes adquieran este tipo de productos, ya que por lo llamativo del empaque, es muy fácil que accedan a ellos”, dijo el coronel Rodrigo Manrique, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Cali.
Cabe destacar que las autoridades lograron iniciar la respectiva investigación y posteriormente desmantelar a la banda, gracias a la alerta de padres de familia, quienes señalaron que algunos jóvenes llegaban a la casa con los empaques de supuestos chicles.
“La Policía dio con la banda que tenía en su poder más de 20 kilos de marihuana camuflados en una vivienda del barrio San Francisco (comuna 4) de Cali”, aseguró Manrique.
De otro lado, un hecho similar se registró en la ciudad de Barranquilla, donde quedó en evidencia el desespero de los traficantes de estupefacientes por conseguir nuevas víctimas. Ahora y de forma descarada acudieron a los gustos infantiles para convertir niños en futuros consumidores de marihuana. Llegaron a los colegios con un portafolio de productos mezclados con estupefacientes para iniciar a los niños en las drogas hasta el punto de generar dependencia.
La intoxicación de cinco estudiantes de un colegio ubicado en el norte de la ciudad, el 20 de abril de 2022, derivó en una investigación a cargo de la Fiscalía que no solo develó una peligrosa modalidad para llevar al consumo a menores de edad, sino que permitió la captura de cinco personas a inicios de este 2023.
“Como parte de la estrategia investigativa definida por la Fiscalía General de la Nación contra las estructuras de narcomenudeo que invaden zonas públicas y ponen en riesgo la seguridad ciudadana, la Seccional Atlántico identificó y desarticuló a una banda delictiva señalada de inducir a niños, niñas y adolescentes al consumo de estupefacientes en Barranquilla”, explicó la Fiscalía.
Los cinco capturados serían, de acuerdo con los investigadores, responsables de la distribución de los productos impregnados con los estupefacientes. Los detalles del proceso los ubicaron en los alrededores de colegios y parques, mientras captaban a niños y adolescentes que curiosos adquirieron el mejunje alucinógeno.
“Esta organización comercializaba entre los menores de edad brownies, galletas, gomas y postres, entre otros alimentos preparados de manera ilícita con marihuana y diversas sustancias que generan dependencia”, señalaron los fiscales durante las audiencias preliminares donde imputaron cargos a los capturados.
En el curso de la investigación se logró establecer que los delincuentes usaban personajes de cómic y caricaturas para publicitar los alucinógenos e incluso convertir a los niños en pequeños traficantes en los colegios. En el catálogo se encuentran productos que los delincuentes bautizaron como: Arepika, Pika Brow, Pikalletas, todo incluido en un Pika Menú.
“Asimismo, se conoció que la estructura delincuencial usaba mensajes audiovisuales, música y personajes de caricaturas para llamar la atención de los estudiantes y convencerlos de comprar o distribuir los alimentos”, señaló la vicefiscal Marta Mancera al entregar los detalles de la investigación.
La Fiscalía les imputó, según su posible participación en los hechos, los delitos de: concierto para delinquir agravado; tráfico, fabricación o porte de estupefacientes agravado; destinación ilícita de muebles o inmuebles; suministro a menor; y estímulo al uso ilícito.
Los cinco capturados fueron identificados como Joaquín Emilio González Montiel, Mayra Alejandra Pacheco, Diana Montiel, Diana Valencia Ochoa y Luis Ángel Pacheco. Cuatro fueron enviados a una cárcel y uno más a la casa por cárcel. Un juez de garantías entendió que representan un peligro para la sociedad y concluyó que deben estar privados de la libertad.
“Los elementos de prueba dan cuenta de que los productos eran ofrecidos por redes sociales, vía WhatsApp y en los entornos educativos de la ciudad… Todos los procesados recibieron medidas de aseguramiento privativas de la libertad, cuatro en establecimiento carcelario y uno de detención en el lugar de residencia”, señaló el ente acusador.