Los índices de seguridad no dan tregua en Cali. Luego cerrar los primeros cuatro meses del año con 17 homicidios más que en el mismo periodo de 2021, la capital del Valle del Cauca registró 28 homicidios entre el 8 y el 15 de mayo, de acuerdo a cifras de la Policía Metropolitana.
La mayoría de las víctimas de estos asesinatos eran hombres. Los informes detallan que 25 ciudadanos de género masculino, entre ellos un menor de 16 años, fueron asesinados y que tres mujeres perdieron la vida.
Algunos concejales de la ciudad se atreven a apuntar que en la ciudad hay una “cultura de la muerte” y que lamentablemente, desde la Alcaldía, ven como grandes victorias los días en los que no se registran asesinatos, cuando en el lapso de una semana pueden asesinar a casi treinta personas. Así mismo, otros apuntan que las recientes cifras son “un horror”.
“El verdadero termómetro (de la inseguridad) es la cifra de homicidios, y Cali es una ciudad tomada por la delincuencia, donde te roban en cualquier esquina y te matan”, dice el concejal Roberto Ortiz, en conversación con SEMANA.
En esa misma línea se manifestó el cabildante Fernando Tamayo: “Es una cifra desproporcionada, no se puede pretender tapar el sol con un dedo. No se puede decir que las cosas están bien y que la estrategia de seguridad está funcionando, cuando 28 homicidios son un horror. Una sociedad que no puede garantizar la vida de sus ciudadanos está llamada a desaparecer”.
Los concejales coinciden en que, además de una endeble política de seguridad, detrás de las alarmantes cifras de homicidios en la ciudad hay disputas por el territorio para la comercialización de estupefacientes y guerras entre bandas criminales que acaban en los denominados ajustes de cuentas.
“Esta oleada de violencia es por ajustes de cuentas del narcotráfico, manejos de zona, por la venta de sustancias psicoactivas. Por acá entra toda la droga que se produce en la región. Esta ciudad no ha borrado las huellas del narcotráfico, seguimos estando en esa línea. Mientras haya abundancia de sustancias psicoactivas habrá violencia”, le dijo a SEMANA el concejal Juan Martín Bravo sobre los índices disparados de homicidios en Cali.
De otro lado, Ortiz asegura que a las actividades delictivas, se suma la intolerancia como factor influyente en las causas de los asesinatos, pues la falta de diálogo frente a las diferencias han desencadenado agresiones que acaban, incluso, en homicidios.
“Lo que se tiene que hacer es construir una política integral de seguridad que incluya fortalecer los recursos que se invierten en esta materia, pero también tenemos que invertir en los jóvenes que terminan integrando las bandas delincuenciales. Tenemos que llegar con inversión social a las comunas con los mayores índices de criminalidad”, apunta Ortiz.
Según el Observatorio de Seguridad, los barrios de Cali donde más homicidios se han registrado este año son Comuneros I, Promociones Populares B, Alfonso Bonilla Aragón, El Vergel, Antonio Nariño y El Retiro. Las comunas 9, 11, 13, 14, 15, 16, 18, 19 y 21 son las más golpeadas por este flagelo de la ciudad, con quince homicidios o más cada una.
Por su parte, Tamayo asegura que la militarización de las zonas de Cali con mayores índices de criminalidad es una idea que debería considerarse.
“Esta propuesta no es la solución, pero cualquier acción que tomemos para salvar vidas se convierte en trascendental. La militarización de estos sectores, así sea por dos o tres meses, mientras buscamos soluciones, ayudaría a reducir las cifras de homicidios”, argumentó el concejal.
En lo corrido de este año, los homicidios en Cali han aumentado un 0,3 % con respecto al 2021, cuando para esta fecha iban 383 crímenes.
Vainazo a la Secretaría de Seguridad
Los cabildantes emitieron duras críticas contra la Secretaría de Seguridad y Justicia de Cali, liderada por el coronel (r) Carlos Soler, por el escándalo que desató la contratación, como asesor, del general Leonardo Barrero, mencionado por alias Otoniel ante la JEP por tener supuestos vínculos con el Clan del Golfo.
“Es preocupante que el alcalde no se dé cuenta a quiénes contrata y que después salga a decir que no sabía, que fue a sus espaldas”, afirmó Ortiz.
Tamayo, entre tanto, resaltó que la delincuencia está ganándole la batalla a la institucionalidad, “y si a eso le suma que desde la Secretaría de Seguridad las noticias no han sido alentadoras por contratar personas con turbio pasado, eso da un caldo de cultivo de desesperanza para la ciudad”.
“Contrataron a un general señalado de favorecer bandas criminales cuando el problema de esta ciudad es, justamente, las bandas criminales”, concluyó.
Vale recordar que el coronel Elkin Argote, destituido por presuntamente favorecer al narcotraficante alias Gárgola, también tuvo contratos con la Secretaría de Seguridad y Justicia de Cali.