La ola de calor en la ciudad de Cali tiene a los ciudadanos pegados del ventilador. Tanto en la calle como en redes sociales son muchos los comentarios que se hacen con relación a la tremenda sensación térmica que por estos días azota a la capital del Valle del Cauca.
No es para menos, en lo corrido del mes de mayo, la temperatura en esta ciudad ha alcanzado en varias ocasiones los 34 grados centígrados. Los internautas lo han descrito reiteradamente como un “calor infernal”, el cual no solo los azota durante el día, sino también en la noche, aunque ya el sol se haya ocultado.
Saúl Antonio Ramírez, técnico en Hidroclimatología de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), aseguró que si bien se avecina un fenómeno de El Niño, la ola de calor estaría relacionada con otras causas.
“Hay un fenómeno de El Niño en proceso de consolidación. Según las autoridades meteorológicas mundiales, hay una alta probabilidad de que se desarrolle un El Niño en el mes de julio, a comienzos del verano, en el hemisferio norte terrestre. Sin embargo, las anomalías de calentamiento de las aguas en el Océano Pacífico, que es su principal indicador, deben persistir durante tres meses para que el fenómeno sea declarado. Si se desarrolla, es posible que sea de características muy fuertes”, advierte.
Como el Niño está en proceso y no ha sido declarado, Ramírez afirma que “no se puede atribuir al fenómeno la persistencia de días secos durante esta temporada de lluvias, pues pueden ocurrir de forma natural”.
Eso sí, asevera que si se llega a dar el fenómeno de El Niño Cali y el Valle del Cauca sufrirían afectaciones. “Habría una ostensible disminución de los promedios de precipitación y se convertiría en una seria amenaza por la disminución de la oferta natural del agua”, alerta el experto.
En caso de que sea declarado el fenómeno de El Niño, se recomienda hacer uso racional del agua, tomar medidas preventivas para el inicio de incendios forestales y aplicar cuidados de salud por la alta radiación de los rayos solares.
Según Ramírez, pese a que el mes de mayo ha iniciado con días secos y alta radiación, se espera que las lluvias regresen en cualquier momento y se extiendan hasta los primeros días de junio.
Se debe tener en cuenta que cuando las temperaturas son elevadas o hay altos niveles de humedad se puede presentar lo que se conoce como agotamiento por calor, una afección cuyos síntomas se reflejan en sudoración abundante y pulso acelerado como consecuencia del aumento excesivo de la temperatura del cuerpo.
La principal causa detrás del agotamiento por calor es la exposición a temperaturas altas, sobre todo si esta situación se combina con mucha humedad y actividad física intensa. Esto puede ocasionar deshidratación que hace que el cuerpo se sienta cansado y que el organismo entre en modo alerta, quiera guardar reservas y envíe menos cantidad de sangre de la que llevaría normalmente a las células, precisa una publicación de la revista Glamour, de España, escrita por Amaia León.
Cuando la temperatura está elevada, el cuerpo se enfría principalmente a través de la sudoración. Sin embargo, si la persona hace ejercicio de forma extenuante o esfuerzos excesivos, el cuerpo tiene menos posibilidad de enfriarse de forma eficiente.
Como resultado, se pueden presentar calambres, que es la forma más leve de enfermedad relacionada con el calor. Los signos y síntomas de calambres por calor generalmente comprenden sudoración intensa, fatiga, sed y calambres musculares.
Una de las principales formas de tratar este padecimiento es bebiendo líquidos o bebidas deportivas que contengan electrolitos, ingresando a lugares con temperaturas más frías, como aquellos que tienen aire acondicionado o situarse en la sombra y descansar.
“Si no se trata de inmediato, el agotamiento por calor puede provocar un golpe de calor, afección que pone en riesgo la vida”, precisa el instituto de investigaciones Mayo Clinic.
De acuerdo con los expertos, los principales signos del agotamiento por calor pueden aparecer repentinamente o con el paso del tiempo, especialmente con períodos prolongados de ejercicio, y en el listado destacan: desmayos, mareos, fatiga, pulso débil y acelerado, presión arterial baja al ponerse de pie, calambres musculares, náuseas y dolor de cabeza.