El Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal y Antiextorsión (Gaula), actuó con celeridad ante la denuncia de un comerciante víctima de extorsión en el oriente de Cali.
Solo cuatro días necesitaron los uniformados para capturar a los delincuentes y devolver la tranquilidad a este ciudadano, a quien le exigían la suma de 3 millones de pesos a cambio de una falsa seguridad y de no atentar contra su vida.
“En un operativo desplegado en el sector de Valle de Lili, al sur de Cali, fueron capturadas en flagrancia cuatro personas, tres de ellas de ciudadanía extrajera, que al parecer estarían intimidando a este comerciante con panfletos, cartas y mensajes por redes sociales, aludiendo ser integrantes del ELN”, detalló el Gaula de la Policía.
Videos que contenían imágenes de armas, munición e intendencia apoyaban las amenazas de atentar contra su vida, la de su familia, el establecimiento comercial e incluso de las supuestas capacidades para ofrecerle seguridad en el sector.
“La cita se dio cerca de un reconocido centro comercial del sur de la ciudad, al que llegaron los extorsionistas con anticipación, sin contar con que las autoridades ya se encontraban presentes en el lugar. En contacto permanente con la víctima, los delincuentes le exigen esconder el presunto pago de la extorsión bajo una piedra y esperan por más de 60 minutos, en un intento por evadir la acción de las autoridades. Cuando finalmente acuden por el paquete, son capturados”, señalaron las autoridades.
Los implicados fueron dejados a disposición de la autoridad competente que les impuso medida de aseguramiento intramural por extorsión agravada.
“Se invita a la comunidad a que hagan parte de la campaña ‘Yo no pago, yo denuncio’, la cual busca que las personas víctimas de extorsión y secuestro denuncien de manera inmediata estos comportamientos delictivos. Para tal fin pueden comunicarse a la línea 165 donde personal profesional garantiza plena confidencialidad”, dijo el Gaula de la Policía.
La extorsión por ‘sexting’ hace parte de los ciberdelitos más comunes
La extorsión por difundir contenidos personales obtenidos mediante sexting y la instalación de apps espía en el smartphone de la víctima, son dos de los ocho tipos de ciberviolencia y ciberdelitos más comunes, según ha detallado la empresa especializada en ciberseguridad y gestión de entornos críticos S2 Grupo.
Coincidiendo con el Día Internacional de la Seguridad de la Información que tiene lugar este miércoles, fueron compartidos algunos tipos de acciones que se repiten habitualmente en los casos de ciberviolencia, con la intención de concienciar sobre la violencia digital, que se ha convertido en uno de los “grandes problemas” de la red.
Estas acciones afectan, sobre todo, a aquellas personas vulnerables como las mujeres que sufren casos de violencia de género o los niños y menores. Por ello, se han de conocer y tener en cuenta cuáles son los comportamientos de acoso y ciberviolencia para tomar acción y estar protegido tanto en el ámbito físico como en el digital.
En concreto, uno de los tipos de violencia más comunes es la ciberextorsión por ‘sexting’, que consiste en la difusión de imágenes íntimas tanto reales como trucadas de la víctima, de forma que se la ridiculiza con contenido sexual o vejatorio. En este sentido, se recomienda no enviar imágenes personales comprometidas o privadas a ningún usuario, pero, en el caso de que esto ocurra, se ha de denunciar a la Policía inmediatamente.
Por otra parte, otro de los tipos de violencia en el mundo digital que más se está utilizando actualmente es el control de la víctima mediante el acceso digital a su ordenador o smartphone’. Esto se hace mediante la instalación de programas o ‘apps’ espía en los dispositivos del objetivo del malhechor.
El objetivo de instalar este tipo de programas es tener control sobre todo lo que haga la víctima, su localización, sus conversaciones por los diversos sistemas de mensajería, sus redes sociales, etc. En estos casos, si la persona afectada descubre que se ha instalado un programa de este estilo en su dispositivo, debe recurrir a un equipo técnico informático que lo elimine.
Sin embargo, una medida de prevención sugerida es no dejar manipular los dispositivos personales a nadie. De esta forma, será más difícil permitir que se instalen este tipo de softwares.