Casi un año y medio después de haber sido derribada por un grupo de indígenas misak, en medio de lo que significó el inicio del Paro Nacional el 28 de abril de 2021, el monumento al fundador de la ciudad de Cali vuelve a su pedestal de la carrera 3 oeste, con calle 9 oeste del barrio La Arboleda, en la capital vallecaucana. Después de esa jornada se suscitó mucha polémica por este acto, en el que el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), manifestó que la simbología de esta figura de Sebastián de Belalcázar es un modo de violencia contra todos los pueblos que aún existen y persisten con su identidad.

La imagen fue elaborada por el escultor español Victorio Macho e inaugurada el 25 de julio de 1937 por el alcalde Tulio Enrique Tascón, en los 400 años de la fundación de Santiago de Cali, para homenajear a este conquistador, militar y explorador nacido en la Corona de Castilla, España, en 1480 y fallecido a sus 71 años en Cartagena de Indias en 1551; que además fundó las ciudades de Quito y Guayaquil en Ecuador. Su costo en aquella época fue de 40.000 pesetas españolas y fue traída en barco desde el viejo continente hasta el puerto de Buenaventura. Una vez allí, fue transportada a lomo de mula hasta el lugar en el que finalmente se instaló.

De acuerdo con el subsecretario de Patrimonio de Cali, Leonardo Medina Patiño, esta obra contará con una nueva placa conmemorativa para rendir tributo a las tribus indígenas ancestrales de la zona, gracias a la colaboración de la Academia de Historia del Valle del Cauca. En ella se podrá leer la siguiente inscripción:

“Época violenta de la Conquista en la que los conquistadores españoles buscando riquezas y poder, doblegaron a los indígenas dueños de este territorio. Los herederos de esos antepasados indígenas grabamos aquí, en el pedestal de la estatua del fundador de la ciudad de Cali, Sebastián de Belalcázar, nuestro reconocimiento y exaltación del valor y heroísmo que demostraron con su sangre los pueblos indígenas de Timba, Guales, Xamundí, Bichicama, Amayme, Vixes, Muhlaló, Cachibí, Ambichintes, Bitaco, Dagua, Atuncelos, Yumbo, Gorrones, Calimas, Lili, Chinches, Bolo, Pance, Polo y Petecuy”.

Explicó además que la estatua había sido pintada de negro y que en el proceso de restauración, que estuvo a cargo de la artista María Patricia Caicedo que vive en Popayán, le devolvieron su color verde para darle el aspecto que toma el bronce cuando pasan los años. También le repararon varias fracturas y hundimientos; así como su zapato derecho que resultó destruido por completo cuando lo derribaron y fue hecho de nuevo en Bogotá.

La imagen había sido derriba del sitio el 28 de abril de 2021 | Foto: Cortesía Alcaldía de Cali

Por su parte, el secretario de Infraestructura de Santiago de Cali, Néstor Martínez Sandoval, indicó que se cambiaron los anclajes que inicialmente tenían 20 centímetros por tres de 80 centímetros cada uno, para darle mayor adherencia al pedestal.

Aclaró que la restauración tuvo un costo final de 290 millones de pesos, los cuales fueron cubiertos en su totalidad por la aseguradora y que la ciudad de Cali no pagó nada, y que a pesar del ataque se conservó la espada y la gran mayoría de la estructura hecha en bronce fundido.

“Después del incidente en el que fue derribada, la estatua la llevamos a un sitio seguro para su restauración. Ahora mismo estamos trabajando con andamios y una grúa telescópica de gran potencia para ubicarla en perfecta verticalidad sobre el pedestal porque pesa 1,5 toneladas”, afirmó.

Este sábado se instalará la nueva placa del monumento y el lunes será entregado a la ciudadanía que disfrutará nuevamente de uno de los símbolos de Cali; Sebastián de Belalcázar con su mano derecha señalando hacia el océano Pacífico en el occidente, mientras que la mano izquierda descansa sobre la empuñadura de su espada Tizona.