En el barrio Alfonso Bonilla Aragón (Comuna 14) de Cali, exactamente en la calle 101 con carrera 36G, dos hombres que se encontraban en un funeral fueron asesinados de varios disparos en sus cabezas, al parecer por sujetos armados que se movilizaban en una camioneta Toyota TX.

El terrible hecho se presentó en la madrugada de este sábado 12 de noviembre y, según información preliminar, las víctimas habrían sido identificadas como Juan Felipe Muñoz Cerón y Jaime Gerardo Gallego Méndez.

El levantamiento de los cadáveres estuvo a cargo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación. Por el momento, la Policía Metropolitana de Cali se encuentra investigando el caso y en las próximas horas entregaría declaraciones oficiales.

Al respecto, el concejal de Cali, Roberto Ortiz, manifestó en su cuenta de Twitter: “Los asesinatos en la ciudad se volvieron parte del paisaje. Ciudadanos desde las calles y balcones son espectadores de la violencia en sus barrios. Para 2023 habrá un recorte de 20 mil millones en la seguridad para Cali;, en vez de aumentar, la reducen”, señaló el cabildante, quien acompañó el mensaje con la cruda imagen de los cuerpos tendidos de los hombres asesinados mientras se encontraban en un velorio.

Este caso se da después del hecho violento en el que una mujer identificada como Ingrid Coromoto Gómez Izquiel, de 50 años de edad, fue asesinada por su propio hijo, también en el barrio Alfonso Bonilla Aragón.

En diálogo con SEMANA, el señor Luis, esposo de la hoy occisa, dijo que su hijo de 27 años de edad, bajo el efecto de la cocaína, cometió el homicidio el jueves 10 de noviembre en horas de la tarde.

“Después de almorzar, ella se acostó a hacer una siesta al lado de nuestro hijo. Luego de un rato él apareció con las manos llenas de sangre y no podíamos creer lo que había pasado”, relató el hombre en medio del llanto que lo arropa en este difícil momento.

Al sitio llegó personal del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación para realizar el levantamiento del cuerpo. Asimismo, uniformados de la Policía Metropolitana de Cali capturaron al joven, quien, según su padre, no recuerda lo que hizo.

“Él no se acuerda de lo que pasó; su mamá era todo para él. En la noche del jueves me permitieron verlo en la celda, le dije: ¿hijo, sabes lo que hiciste? Me respondió: ‘Apá, ¿qué hice pues? Que me volví a escapar’. Entonces le respondí: te perdono en el nombre de nuestro señor Jesucristo, de corazón te amo. Mi hijo decía: ‘Apá, qué me vas a perdonar, tú eres loco. Dile a mi mamá que me venga a buscar que me tienen esposado, porque consumí cocaína, dile que me traiga comida, tengo hambre y frío’. Después comentó que aprovechó que la mamá estaba durmiendo y por eso había escapado”, contó.

Entretanto, Luis no aguantó más y le recordó a su hijo lo que había hecho. “Le dije: mataste a tu mamá. Él respondió: ‘Apá, tú eres pendejo, como crees que voy a matar a mi mamá, tú eres loco, yo a mi mamá ni la grito, ni le pego’. Después me sacaron de la celda”, relató el esposo y padre.

Luis contó que completaba 36 años de casado con Ingrid, tenían muchos sueños por delante y por eso desde hace tres años y seis meses habían decidido venir desde Venezuela a la ciudad de Cali para abrir su negocio de empanadas venezolanas, las cuales son muy apetecidas en el barrio Alfonso Bonilla Aragón.

“Teníamos tres hijos. Uno de ellos murió por covid-19 hace dos años en Perú, tenía 30 años de edad. Nuestra hija mayor tiene 32 años, vive también en Cali, en el barrio Mojica; por parte de ella tengo dos nietas preciosas que las amo. Y mi hijo de 27 años”, contó.

También describió a su esposa como una mujer que era cariñosa, amorosa y trabajadora. “Le apasionaba cocinar, ella trabajaba conmigo haciendo empanadas venezolanas. Acá en el barrio la querían bastante con la forma de ella laborar y por su forma de ser, una mujer que no era ni grosera, ni gritona, ni peleona. Todo el mundo está aquí indignado por lo acontecido”, dijo.

Luis y su familia buscan apoyo de las autoridades y de las personas que deseen ayudar para trasladar el cuerpo de su esposa a Valle de la Pascua, en el estado Guare de Venezuela. “Nosotros vivíamos en Maracaibo, pero ella era de Valle de la Pascua. Si Dios lo permite y nos ayudan, queremos trasladar su cuerpo hasta ese lugar”, concluyó.