Como una prueba de fuego en materia de seguridad que no pasó fue calificado por el concejal Fernando Tamayo el desempeñó del coronel Daniel Gualdrón, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, en la celebración de Halloween.
Las masivas y descontroladas caravanas de motos que causaron estragos en diferentes sectores de la ciudad llevaron al cabildante conservador a criticar severamente el papel del uniformado, quien lleva menos de un mes en el cargo.
“El coronel Gualdrón se rajó. Pese a la citación que se hizo aquí y los argumentos que presentó sobre más policías, de acompañamiento del Ejército e inteligencia, la ciudad fue un absoluto caos. Las motos se tomaron la calle 5, la Autopista Suroriental y la Roosevelt”, dijo Tamayo en la más reciente sesión del Concejo.
Agregó que la falla del oficial estuvo en su exceso de confianza y poco conocimiento de la ciudad: “Creo que esto fue una medida de aceite al comandante de la Policía, después de esto debemos pasar a instancias diferentes. Aquí se le dijo y se le advirtió, pero no dimensionó el estado anárquico en el que vive Cali”. SEMANA se comunicó con Gualdrón para conocer su opinión sobre las declaraciones de Tamayo, pero no obtuvo respuesta.
De acuerdo con Tamayo, la capital del Valle del Cauca está cubierta por un aura de desorden debido a que las propias autoridades han dado vía libre al incumplimiento de las normas. “En esta administración se ha legalizado lo ilegalizable: las rumbas callejeras, el caos, la anarquía. No sé hasta dónde vamos a llegar, pero la gente se cansa de que los derechos no sean garantizados”, dijo.
Y es que el propio secretario de Seguridad y Justicia, Jimmy Dranguet, le da la razón al concejal, pues en la entrega del balance del accionar de las autoridades en la festividad de Halloween señaló que las caravanas en ningún momento estuvieron prohibidas.
“Las caravanas en Cali no estaban restringidas, lo que no estaba autorizado es la unión de varios vehículos para cometer delitos y comportamientos contrarios a la convivencia”, expuso el funcionario. Previamente, el alcalde Jorge Iván Ospina había enviado un mensaje desalentador: “No podemos controlar a 300 o 400 mil motos en Cali, por eso no podemos prohibir las caravanas de Halloween, solo acompañarlas”.
Cientos de personas disfrazadas, muchas de las cuales no portaban cascos de seguridad y llevaban las placas de las motos tapadas para evitar ser identificados, se movilizaron por varios corredores viales de la ciudad causando malestar vehicular, monumentales trancones y desordenes.
Aunque el comandante Gualdrón anunció días atrás que 1.100 uniformados vigilarían los puntos más críticos, las convocatorias de caravanas anunciadas en redes sociales se llevaron a cabo con diversas afectaciones. “Cali está viviendo un desorden ciudadano. La Alcaldía legalizó las supuestas “expresiones culturales” y nos llevaron a una total anarquía. ¡Se necesita autoridad, orden y seguridad!”, aseguró el concejal Juan Martín Bravo. Fue tal el descontrol que hay videos que muestran cuatrimotos transitando por andenes.
También se denunciaron robos en las caravanas. “Me tocó presenciar cómo atracaban con armas al conductor y pasajeros de un carro en la Simón Bolívar. Cada vez veo más complicado que esta ciudad se levante y se termine la anarquía en la que está inmersa”, señaló un ciudadano en redes sociales.
Asimismo, se conoció un video logrado aparentemente en la Autopista Suroriental en el que se ve una pelea de varios motociclistas. Al final, se escucha la detonación de lo que sería un disparo.