Omar Arturo López Pérez se ha convertido en uno de los sacerdotes más conocidos de la ciudad de Cali, la capital del Valle del Cauca, por cuenta de sus transmisiones en redes sociales que cientos de personas siguen.
Semana a semana, los feligreses acuden sagradamente a sus misas, en el Santuario de Fátima, de manera presencial, pero, sobre todo, de forma virtual.
Por medio de lives de Facebook, este padre lleva la fe y las oraciones hasta los hogares de quienes lo siguen en la virtualidad.
Tanto la misa de La Coronilla del Señor de La Misericordia, que se lleva a cabo los lunes, como la liturgia dominical, son transmitidas con gran afluencia de público.
Al padre no lo amilana lo que pueden llegar a pensar aquellos que ven en el uso de la tecnología una barrera para la religión, ni tampoco quienes lo califican de influenciador o creador de contenido.
Asegura que lo importante es llevar la palabra de Dios a todos los rincones posibles y que a veces se conectan tantas personas a ver sus liturgias, que no hay iglesia en Cali a la que pueda entrar tanta gente. De ahí la importancia de sus transmisiones.
“No tengo problema con eso. El otro día hice una transmisión y hoy tengo más de 3.000 familias que la vieron. Detrás de cada reproducción hay una persona y que llegue al templo alguien que yo nunca vi en mi vida y me diga: “Usted me acompañó en los dos años de pandemia y cada noche con usted era como sacaba la cabeza del ahogo”, para mí eso es muy valioso. Yo no monetizo, inclusive, ni hice la preparación que realizó la Arquidiócesis para hacer mejores vídeos, yo lanzo eso (las redes sociales), porque en el fondo el evangelio es lo que mueve. Uno dice, aquí vinieron 2.000 personas a la coronilla, que montón de gente, pero con las transmisiones podemos llegar a 13.000 personas y en Cali no hay templo para eso”, aseguró a El País.
Y agregó: “Solo leo el evangelio y textos bíblicos. Evidentemente, hay unos espacios, dentro de la extrema ortodoxia, que no se viven tanto en el santuario, pero el Arzobispo nunca me ha dicho nada. Sobre todo hay algunos laicos ultraortodoxos, ni siquiera compañeros, que me dan sus objeciones sobre algunas posturas que yo tengo. Alguna vez, siguiendo al Papa Francisco, dije en una oración que Dios nos quería así tuviéramos diferentes formas de amar y eso fue leído por un grupo muy ultraconservador que yo estaba aprobando la homosexualidad y la comunidad LGTBIQ”.
El padre influenciador, tras ocho años en el Santuario de Fátima, donde saltó a la fama en redes sociales, dejará esta iglesia para embarcarse en una nueva aventura espiritual en el municipio de Jamundí, Valle del Cauca.