Pese a los grandes esfuerzos de las autoridades, la situación de seguridad en Tuluá, Valle del Cauca, no es la mejor. Los asesinatos de dos concejales y una civil en ataques armados, así como los atentados contra la fuerza pública siguen generando un ambiente de zozobra entre la comunidad.
Precisamente, por esa constante amenaza contra la comunidad y funcionarios públicos, el presidente del Concejo de Tuluá, Javier Jaramillo Giraldo, renunció al cargo y a su curul. La renuncia fue socializada en medio de una sesión del cabildo municipal.
“Yo, Javier Jaramillo Giraldo, manifiesto mi renuncia a la investidura como concejal del municipio de Tuluá hasta el día 4 de junio del 2024. Esta decisión ha sido tomada luego de una profunda reflexión y considerando razones de índole personal, profesional que me impiden continuar desempeñando mis funciones de manera efectiva y comprometida como lo requiere este honorable cargo”, dijo el hasta hoy concejal en medio de lágrimas.
Visiblemente afectado emocionalmente, Giraldo agradeció a los tulueños que lo eligieron. “Mi rol este año se ha visto truncado por la situación actual que vive nuestro municipio, llevándome en ocasiones a alejarme de quienes han depositado su confianza para que los represente, y por lo cual se vuelve más compleja la labor de ser interlocutores y gestores de la ciudadanía, situación que genera impotencia al no poder hacerlo cotidiano, desdibujando la figura que yo tengo de un concejal para representar a los ciudadanos”, dijo el cabildante.
Días antes, la Procuraduría General de la Nación hizo un llamado urgente a la Unidad Nacional de Protección para proteger la vida de los concejales y el alcalde de Tuluá, Gustavo Vélez.
Así mismo, a través del procurador delegado para los Derechos Humanos, Javier Sarmiento, solicitó un informe actualizado sobre las acciones adelantadas hasta el momento frente al riesgo que enfrentan estos funcionarios de la administración municipal.
Ante este complejo panorama, el alcalde Gustavo Vélez aseguró que su vida está en riesgo a pesar de que tiene los hombres que lo protegen, el vehículo en el que se moviliza es blindaje 3 y no soporta ataques con fusil como el que sufrieron el concejal Carlos Arturo Londoño y Clariveth Ocampo.
Así lo manifestó el funcionario el pasado 24 de abril en diálogo con SEMANA, tras los ataques que se presentaron la noche anterior y los cuales acabaron con la vida del concejal y la funcionaria de la administración pública en medio de la presentación de los logros de los 100 días de administración.