El panorama político que develan las próximas elecciones regionales sigue despertando comentarios desde todas las orillas. Aunque restan más de cuatro meses para definir el futuro de alcaldías y gobernaciones, comienzan a revelarse los nombres de candidatos que se suman a la carrera para llegar a las administraciones territoriales.
Pues bien, uno de ellos es Deninson Mendoza, exgerente de Telemedellín, el canal público de la capital antioqueña. Mendoza dio a conocer que busca aspirar a la Alcaldía de Cali, apoyado por el movimiento Independiente del mandatario distrital Daniel Quintero.
Resulta que el expresidente Álvaro Uribe publicó un trino en su cuenta de Twitter cuestionando el manejo de Telemedellín. En palabras propias, escribió la siguiente pregunta: “¿Con dineros de Telemedellín se hace campaña?”
Aunque el exmandatario de los colombianos no se refirió a un candidato en específico, Deninson Mendoza salió al paso de su trino y se defendió, como si Uribe hubiese señalado explícitamente que su campaña para quedarse en la alcaldía de Cali estaba terciada por el canal público.
“Expresidente Álvaro Uribe Vélez, sin temor puede mencionarme, me llamo Deninson Mendoza y seré el próximo Alcalde de Cali, muy a pesar suyo y de su grupo de extrema derecha. En la historia de Colombia no hay gobierno donde posteriormente hayan terminado más funcionarios presos que en el suyo y valga la pena recordarlo usted uno de ellos”, publicó el candidato citando el interrogante de Uribe.
“Soy un libro abierto, no soy ni ladrón, ni corrupto, ni mucho menos paramilitar. Lo que si le digo es que en Cali ni usted, ni la desgracia que ustedes representan, pasarán”, agregó Mendoza.
Y finalizó escribiendo: “Este señor, que usted hoy con cortinas de humo quiere enlodar, lo apoyó como ciudadano, antes de saber la clase de persona que era usted y hoy abiertamente me arrepiento”.
Mendoza se describe como un hombre de bases populares. “No soy el hijo de ningún político, ni soy el heredero de la caña de azúcar, ni soy el dueño del chance de la ciudad; nací en el Distrito de Aguablanca, en la comuna 11 de Cali”, dijo en una entrevista con SEMANA.
Es mercadólogo de profesión, negociador internacional, especialista en gobierno, magíster en Derecho y aspirante a doctor en administración con énfasis en innovación y liderazgo. “Soy independiente, sin jefes políticos”, reseña.
Lea la entrevista de Mendoza con SEMANA.
SEMANA: ¿No es usted la ficha de Daniel Quintero para la Alcaldía de Cali?
Deninson Mendoza: Daniel es uno de mis mejores amigos, tengo la fortuna de hace varios años haberlo conocido. Estudiamos juntos y hemos participado de diferentes procesos en los que hemos creído en la consolidación de una propuesta alternativa y diferente para Colombia, y hasta hace poco tuve la fortuna de ser el primer caleño en la historia en trabajar en la Alcaldía de Medellín como el gerente de Telemedellín, eso le dolió un poquito a algunos paisas, especialmente a los que hablan del Antioquia Federal y todas estas propuestas desde la extrema derecha en Antioquia, pero conocí también a muchísimas personas medellínenses, de las cuales aprendí mucho, especialmente del equipo del gobierno.
Ese aprendizaje me sirvió para proyectar, por ejemplo, cómo Cali puede pensarse en un metro que le sirva a la ciudadanía y unas empresas públicas, que le sirvan a la ciudad, así como una área metropolitana con una altísima visión en temas ambientales.
SEMANA: ¿Pero usted es o no es el candidato de Daniel Quintero?
D.M: Daniel es el alcalde de Medellín y desafortunadamente Colombia es el único país en donde los funcionarios públicos no pueden hacer política... Pues yo no soy el candidato de Daniel Quintero, soy el candidato independiente, sin jefes políticos y por supuesto voy a tener el aval del partido Independientes, que fue el partido que llevó a Daniel Quintero a ser alcalde de Medellín.
SEMANA: Bueno, ahora sí pasemos a sus propuestas y hay una en particular por la que ha recibido muchas críticas en Cali, y es un posible metro para la ciudad
D.M: nosotros creemos en la educación y creemos, además, en la innovación. Es para lo que debemos prepararnos y creemos que desde lo público hay que hacer propuestas innovadoras que le rompan el coco a la mayoría de los ciudadanos, en las que hoy podamos decirle a Cali que se puede volver a soñar en grande, porque la élite de esta ciudad ha dicho que no se puede. Nosotros creemos en esa Cali de siete ríos, que está inspirada en esa vocación de la defensa por la vida.
Creemos que debemos que tener siete proyectos siete soluciones para siete problemas, una de ellas, es el metro de Cali, que es un sueño que hace 30 años nos lo quitaron, pero que hoy estamos diciendo sí se puede. En mi experiencia que tuve en Medellín y que he tenido en visitas por diferentes ciudades de América Latina y en Estados Unidos, los metros son trenes de cercanía; son trenes que acercan a las ciudades que pertenecen a un área metropolitana: funcionan en Washington, Medellín y otras ciudades.
SEMANA: ¿O sea que su propuesta de metro para Cali es reformar el proyecto del tren de cercanías?
D.N: el tren de cercanías es un proyecto de metro para Cali, lo que estamos diciendo es que esos siete billones que va a costar esos kilómetros de vía férrea, que además en Cali tenemos la fortuna de traerlo de Jumbo a Jamundí, y llevarlo hacia Palmira, así como el aeropuerto, no hay que enterrarlo, ni elevarlo, ni comprar predios porque ya todo está listo, lo único que debemos hacer es modificar los estudios para que ese tren se conviertan en un metro cuando entre a Cali. La diferencia que existe entre metro y tren es la distancia que existirá entre las estaciones: en un tren es más de 6 kilómetros, mientras que en un metro es de 1 a 3 kilómetros. Entonces tenemos que hacer de acuerdo a lo que hemos visto con los expertos algo así como seis o siete estaciones más. Esa inversión de 7 billones de pesos traerá 62.000 nuevos empleos a la ciudad e incrementará en un 3% en los próximos cinco años el PIB de Cali.
SEMANA: Pero si Cali, luego de 14 años, no ha podido consolidar el Masivo Integrado de Occidente (MIO), ¿no es muy pretencioso apostarle a un metro?
D.M: Lo más importante es que Cali tiene que volver a creer que sí se puede. La élite de esta ciudad nos ha dicho que no se puede y nos obligó a tener un sistema de buses, que es el MIO. Tenemos una empresa que se llama Metrocali y administra buses. Además la élite de esta ciudad decidió que no se empezara a construir por el Distrito de Aguablanca o por la Simón Bolívar, sino que iniciara por la Calle Quinta, que es por donde están sus centros comerciales.
Nosotros tenemos la obligación de llevar a Cali otra vez a un sistema de transporte público intermodal, que incluya el metro como vertiente y columna vertebral de la ciudad, pero que sea alimentado por el MIO y además que se ha alimentado por el transporte público colectivo, porque la élite de esta ciudad también quebró los transportadores en el pasado.
Acabaron con un montón de empresas y muchos de esos transportadores hoy son dueños de piratas. Tenemos que volver a invitarlos a la formalidad, que se organicen en cooperativas y puedan volver a formar sus empresas. Nosotros hemos cometido tantos errores como que el exalcalde de Cali Maurice Armitage le entregó a los empresarios el cobro por kilómetro. Eso es una sinvergüencería que veamos el bus del MIO vacío, pero tengamos que pagar por kilómetro recorrido.
SEMANA: Usted habla muchos de élites y esa división le costó hace dos años a Cali confrontaciones álgidas en medio del estallido social y aún hay heridas abiertas, ¿no cree que ese discurso contribuye más a la polarización?
D.M: yo lo que creo es que el estallido social obedeció a mucho más que aún descontento de una base popular. Yo creo que el estallido social significó los jóvenes hablando, significó la base popular aburrida de una élite tomando mala decisiones, pero no fue solo eso, está claro que ahí también tuvimos temas de un desgobierno local, de un desgobierno por parte del presidente Duque que hizo una pésima administración del estallido social en Cali y cogieron a la ciudad de laboratorio social. Nosotros hoy no estamos hablando de una guerra de clases, nosotros estamos diciendo que los que han tenido el poder siempre han tomado malas decisiones.