En las últimas horas de este jueves, 15 de junio, falleció el precandidato al concejo de Tuluá, Alejandro Forero Valderrama, quien fue baleado por sicarios el pasado martes en un centro comercial de este municipio del Valle del Cauca.
El hecho que alteró la tranquilidad de las personas que se encontraban en la plazoleta de comidas, ocurrió cuando hombres armados llegaron hasta el sitio y sin mediar palabra alguna le dispararon a Forero en repetidas ocasiones.
Posteriormente, Alejandro Forero fue trasladado en un vehículo tipo taxi hasta un centro asistencial, sin embargo, en el recorrido fue abordado de nuevo por los presuntos sicarios y esta vez no solo le dispararon a él, sino también a su escolta, el cual tenía asignado por la Unidad Nacional de Protección (UNP) y al taxista.
De Forero se conoce que también era abogado y activista en redes sociales. También se conoció que tenía anotaciones judiciales por cohecho propio, estafa, calumnia y violencia intrafamiliar, y en 2021 fue capturado por el delito de extorsión.
Al parecer, Forero Valderrama habría hecho exigencias económicas por cuatro años a su propio conductor y escolta, miembros del esquema de seguridad asignados por la Unidad Nacional de Protección (UNP), pagos que recibía para no hacerlos despedir de su trabajo.
Supuestamente, Forero exigía cifras que oscilaban entre los $700.000 y los $900.000 mensuales, llegando a la suma de $26.500.000, en uno de los casos y de $11.700.000, en el otro.
Entretanto, el pasado sábado 10 de mayo, Alejandro Forero Valderrama, a través de un video hizo su última publicación en su cuenta de Facebook.
“Quiero hacer un comentario sobre una decisión que he tomado, pero antes de eso quisiera fundamentar el por qué de esta decisión. Por allá en el 2010, yo era ambientalista, recorría páramos del país y pude trabajar con muchas comunidades campesinas, estuve durante años trabajando con víctimas, trabajé con pacientes con cáncer. Durante un lapso de mi vida, mi padre me decía que yo no podía cambiar el mundo, mi padre era un tipo muy inteligente, muy sabio, y es cierto, yo solo no puedo cambiar el mundo”, dijo.
Agregó: “sin embargo, entendí que se pueden cambiar realidades locales. Después del 2015 estuve trabajando en instituciones públicas en Bogotá, estuve combatiendo carteles de contratación estatal, he sido enemigo de clanes políticos, de contratistas, y me he dado la pelea con muchos políticos que se dedican a robar”, sostuvo.
Prosiguió su relato diciendo que hace unos días había hablado con un profesor que tuvo, en la conversación, el educador le dijo: “‘Alejandro, no se te puede pasar la vida y la juventud sin aspirar a un cargo de elección popular y de aportar el conocimiento’, que según él, tengo, no creo que tenga tanto, pero he tomado la decisión de aspirar al concejo de Tuluá”, dijo.
Mencionó que es una decisión que está tomada, “es una política que está alejada de Dilian (exgobernadora del Valle), alejada de los Vélez, alejada de los carteles de contratación. Es una política ciudadana, puede ser muy soñador, pero quiero hacerlo, y voy a hacerlo de la mano de los ciudadanos mirándolos a los ojos, creyendo que hay formas diferentes de hacer política. Tenemos una gran ciudad, la tenemos que liberar de los políticos que la han vuelto una mina de oro para volverse millonarios”, expresó.
Afirmó que el Concejo Municipal de Tuluá “paga muy mal, el salario es paupérrimo. Voy a rechazar el salario, voy a donarlo a alguna fundación de niños de la ciudad. Quería comentarles esto porque voy a volver a darle duro al tema de activismo, al tema de cuestionar a Dilian por su forma de hacer política en la ciudad; nosotros no podemos seguir siendo una finca de Cali”, precisó.