Un fin de semana realmente violento vivió la ciudad de Cali, capital del Valle del Cauca, por cuenta de los homicidios que se registraron en diferentes sectores.
Durante el puente festivo, de acuerdo con la Policía Metropolitana, asesinaron a catorce personas. Todas las víctimas eran hombres que oscilaban entre los 19 y 77 años de edad.
Dos personas fueron asesinadas el sábado, seis el domingo, el día que más matan en la capital del Valle del Cauca, con el 25 % de los casos, y seis el lunes.
Las víctimas fueron ultimadas con armas de fuego o cortopunzantes en los barrios Llano Verde, San Judas, Santa Mónica, Comuneros, Floralia, Potrero Grande, San Vicente, Bonilla Aragón, El Vergel y Antonio Nariño, y en la vereda Alto Los Mangos y un asentamiento irregular.
Con corte al 30 de abril de este año, en la capital del Valle del Cauca se han perpetrado 342 homicidios, es decir, nueve más que en 2022.
José Daniel Gualdrón, comandante de la Policía Metropolitana, quiso restarle peso a la cantidad de homicidios del fin de semana señalando que el promedio de crímenes este año es similar al de la anualidad anterior.
No obstante, aseveró que las autoridades están trabajando en la identificación de las horas y sectores con los índices más altos de criminalidad para tomar acciones preventivas. “Las estrategias están encaminadas a una intervención integral, que no es solo de Policía judicial e inteligencia, sino también de apoyo con la secretaría de Seguridad y Justicia”, expuso.
La comuna 15, ubicada en el oriente de Cali, es la más golpeada por los asesinatos este año, pues pasó de registrar -hasta el momento- 31 homicidios a contabilizar 49.
Pablo Alvarado, director del Observatorio de Seguridad de Cali, explicó hace unos días que “la dinámica de los homicidios en la ciudad tiene dos variables importantes. Una, que tiene que ver con quienes están involucrados en dinámicas de delito como narcotráfico y ajustes de cuentas, y otra, que corresponde a un porcentaje bajo, que tiene que ver con personas que llevan una vida normal y resultan asesinadas en un hecho delictivo”.
Alvarado afirma que la responsabilidad sobre la alta cifra de homicidios en Cali no solo recae en las acciones preventivas de las autoridades a nivel criminal, sino también en los valores que se están inculcando a nivel social.
“La descomposición social, sobre todo en zonas vulnerables, ha sido el caldo de cultivo que permite que haya bandas delincuenciales, prostitución, narcotráfico y un alto consumo de drogas, lo cual hace que se generen altos índices de inseguridad”, expuso.
La mayor cantidad de víctimas de los homicidios eran hombres (320). Las armas de fuego (267) y las armas cortopunzantes (68) son las más empleadas por los asesinos para cometer sus fechorías en Cali, según el Observatorio de Seguridad.