Jesusita Moreno Mosquera se sumó a la penosa lista de 81 líderes sociales que han sido asesinados en lo que va corrido de 2022 en Colombia.
La Policía Metropolitana de Cali confirmó que una de las líderes más importantes del sur del Chocó fue atacada con arma de fuego por sujetos dentro de una vivienda en el barrio La Floresta, Comuna 8 de la capital del Valle.
El lamentable hecho ocurrió el día martes 7 de junio, aproximadamente a las 5:50 p. m.; aunque la mujer alcanzó a ser trasladada a un centro hospitalario, perdió la vida por la gravedad de las heridas.
La víctima, quien tenía 60 años de edad, era originaria del departamento del Chocó, municipio de Medio San Juan. De acuerdo a información preliminar, había llegado hace un mes a la ciudad de Cali y se encontraba hospedada en casa de su hijo.
“Gracias a la rápida acción de la Policía en esta parte de Cali, fue conducida a instalaciones policiales una persona señalada por la comunidad como posible agresor. Este hombre presenta anotaciones judiciales por homicidio, hurto calificado y agravado y fuga de presos”, afirmó el coronel William Quintero Salazar, subcomandante de la Policía Metropolitana de Santiago de Cali.
Las autoridades también confirmaron que la señora Jesusita Moreno no se encuentra registrada en el Sistema Integral de Derechos Humanos (Sideh).
Por el momento, este terrible suceso es materia de investigación. “La institución policial ha dispuesto todas sus capacidades de inteligencia e Investigación Judicial para el esclarecimiento de este hecho y la captura de los responsables”, concluyó Quintero Salazar.
De otro lado, el Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz), al conocer el asesinato de la líder social también conocida como Doña Tuta, se pronunció para rechazar el crimen e informó que la institución ya había emitido una advertencia por la vida de la líder en meses pasados.
“Era una reconocida lideresa y defensora de derechos humanos de comunidades negras e indígenas. Hacía parte de la comunidad Noanamá, ubicada en Istmina, territorio que hace parte del Consejo Comunitario General del San Juan en el departamento del Chocó, donde propició distintos acuerdos humanitarios por el respeto de la vida”, detalló la organización por medio de un comunicado.
Según la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, la lideresa recibió en múltiples ocasiones amenazas y fue víctima de atentados, así como de montajes judiciales por su rol comunitario.
“La Defensoría del Pueblo ha emitido la AT 001/22 para la ciudad de Cali, en la cual señala que la intimidación por parte de los actores armados intenta afectar los procesos sociales y de reclamación de derechos colectivos, además de silenciar la denuncia. Igualmente, es preocupante la creciente actuación de los grupos locales que actúan bajo subcontratación para acciones de sicariato”, señaló Indepaz.
También hicieron énfasis en los grupos criminales que hacen presencia en el departamento. “Estructuras tercerizadas de Los Shotas, La Empresa y otros. ELN, facciones disidentes de las Farc-EP, Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), panfletos de Águilas Negras , EPL, Sinaloa y Jalisco Nueva Generación”, nombraron.
Moreno llegó a visibilizar la guerra de los grupos armados en el sur del Chocó, que llegaron allí a principios de la década pasada y, como siempre pasa, la población se ve involucrada en el conflicto.
Las guerrillas se fortalecieron, los paramilitares arremetieron y cada pueblito fue poniendo sus muertos. Por su situación geográfica, los cadáveres de los municipios del Medio y Bajo Baudó, Medio San Juan, Nóvita y Sipí, al sur del departamento, son remitidos a la morgue de Cali, a varias horas en lancha y otras tantas en bus de estos municipios.