Las redes de tráfico de estupefacientes constantemente están buscando métodos para mover droga o las materias primas para fabricarla sin que las autoridades las descubran.
Esa búsqueda de innovación criminal ha develado curiosas formas de ocultamiento. Recientemente, las autoridades han encontrado, por ejemplo, estupefacientes dentro de panes y hasta en pelucas.
Pese a los constantes hallazgos, llamó la atención un descubrimiento hecho en Cali por agentes de la Policía Metropolitana que contaron con la ayuda de un canino antinarcóticos.
Durante un operativo a una empresa de mensajería, los uniformados hallaron una ‘narcoencomienda’ que iba para la capital del departamento de Caldas, Manizales.
A los oficiales les llamó la atención que el canino antinarcóticos fijó su olfato y atención en las patas de una mesa plástica que estaba lista para ser enviada a la ciudad en mención, por lo que decidieron revisarlas a detalle.
Las verificaciones permitieron a los uniformados establecer que las sospechas manifestadas por Toro, el canino antinarcóticos, eran ciertas: dentro de las patas había algo escondido.
Tras abrir las patas de la mesa se encontraron con 20 frascos de ketamina, que por si sola no es una droga, pero sí una materia prima para la fabricación de estas. “La ketamina es una sustancia de uso veterinario utilizada como insumo para la fabricación de metanfetaminas”, detalló la Policía. Por el descubrimiento de esta ‘narcoencomienda’ no hay capturados hasta el momento.
La ketamina es muy usada para fabricar tusi, droga de color rosado cuyo consumo se ha puesto de moda en las fiestas en Colombia y que puede costar hasta 1.500 dólares (15 gramos).
El tusi, también conocido como cocaína rosada, es un colorido polvo que se consume en clubes de música electrónica que no tiene ninguna relación química con el estimulante a base de hoja de coca que exporta Colombia por toneladas.
Este hallazgo recuerda el caso de los narcopanes, que no son otra cosa que panes rellenos de estupefacientes. En este caso particular, un hombre, de 25 años de edad, camufló varios cigarrillos de marihuana dentro del alimento.
Curioso resultó para los agentes de la Policía de Tumaco, Nariño, encontrar el alucinógeno dentro del pan. El implicado se ideó una caleta abriendo un hueco en la masa para así poder guardar los cigarrillos y pasar desapercibido.
El hombre había logrado burlar los controles de las autoridades al movilizarse, como si nada, por las calles de este municipio del Pacífico, vendiendo al menudeo la marihuana oculta en el pan.
Pero la suerte se le acabó al expendedor en el sector de la playa El Morro, a donde había llegado para vender el resto de cigarrillos. Al parecer, el nerviosismo y ansiedad que lo invadieron cuando notó la presencia de la Policía acabaron delatándolo.
Tras quedar en evidencia, los uniformados procedieron a capturar al sujeto y, posteriormente, dejarlo a disposición de la Fiscalía General de la Nación por el delito de tráfico, fabricación y porte de estupefacientes.