En la vereda El Guacimo del Consejo Comunitario Yarumito, en el municipio de Caloto (Cauca), fue sorprendido un hombre destruyendo con machete en mano una de las trincheras de los soldados del Ejército Nacional que se encuentran en esa jurisdicción.
El hecho que se presentó sobre las 9:40 a.m. de este domingo -12 de marzo- fue grabado por una persona de la zona, quien increpó al sujeto sobre la acción vandálica que estaba realizando.
“Venga, amigo, usted por qué daña las trincheras, mijo. Usted por qué irrespeta a la Fuerza Pública. Dígame, qué grupo lo identifica para que nos venga a hacer estas cosas acá; de qué etnia es, ¿usted es indígena? Y usted viene y daña las cosas acá de la Fuerza Pública, con qué autorización lo hace”, le reclama al hombre.
Sobre el hecho, se pronunció la senadora María Fernanda Cabal, quien aseguró en sus redes que en el lugar no solamente se encontraba el sujeto que fue grabado, sino que al parecer, aproximadamente 100 indígenas del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), quienes habrían ingresado también a agredir a los uniformados del Ejército.
Por ahora, el hecho es materia de investigación por parte de las autoridades.
Cabe recordar que en el Cauca, las tensiones por cuenta de territorios que han sido invadidos por indígenas, no cesan desde el año pasado.
Incluso, durante febrero de este año se registraron tres ataques contra trabajadores de ingenios azucareros en el departamento.
El más reciente ocurrió en una finca ubicada en el municipio de Padilla, cuando sujetos armados dispararon con arma de fuego contra trabajadores del ingenio La Cabaña.
Ocurrió mientras los trabajadores llevaban a cabo sus labores y dejó dos heridos que fueron trasladados a la ciudad de Cali para recibir atención médica.
“Es alarmante el aumento de la inseguridad para los trabajadores del sector agroindustrial de la caña en el norte del Cauca. Hacemos un llamado al Gobierno nacional, a la Fiscalía General de la Nación y a las autoridades para que tomen acciones rápidas que permitan identificar a los responsables de estos atentados y llevarlos ante la justicia. No se puede permitir que los delincuentes queden protegidos por el manto de la impunidad y se sigan vulnerando los derechos a la vida, al trabajo y a la libre movilidad en el norte del Cauca. También pedimos el acompañamiento de la Defensoría del Pueblo y las organizaciones de derechos humanos en esta región”, afirmó Claudia Calero, presidenta de Asocaña.
El pasado 6 de febrero, también en Padilla, un enfrentamiento entre organizaciones indígenas y trabajadores dejó dos colaboradores del Ingenio del Cauca muertos. En ese mismo ataque dos personas resultaron heridas y una más fue secuestrada y liberada posteriormente. Además, fue incinerada una motocicleta. Las víctimas mortales eran dos hombres de 48 y 49 años de edad.
Mientras que el 16 de febrero, sujetos armados que se movilizaban en motocicleta intimidaron a un trabajador del ingenio La Cabaña, en Santander de Quilichao; le robaron sus pertenencias –incluida su motocicleta– y luego le dispararon, hiriéndolo en el rostro, hombro y pecho.
“No podemos permitir que los actos cometidos por unos pocos frustren los esfuerzos por alcanzar la paz en el territorio. Es hora de ponerle freno a la acción de los violentos que están vulnerando el derecho a la vida, al trabajo y a la propiedad, y están poniendo en riesgo los cerca de 50.000 empleos directos e indirectos que genera la agroindustria de la caña en el norte del Cauca”, aseguró Calero.
Los ataques y las agresiones contra los trabajadores de los ingenios de azúcar empezaron a registrarse el año pasado luego de que comunidades indígenas alegaron tener un derecho ancestral sobre las tierras en las que ahora se siembra caña de azúcar.
Estas comunidades han invadido fincas, haciendas y lotes sembrados con caña de azúcar, argumentando tener ese supuesto derecho, pero se han topado con trabajadores, mayoritariamente afrodescendientes, que les han plantado cara, defendiendo su derecho a trabajar la tierra.