En su reciente visita a Cali, la capital del Valle del Cauca, el director de la Policía Nacional, general William Salamanca, se refirió a la compleja situación de orden público que vive la ciudad por cuenta del incremento de diversos delitos como los homicidios y el hurto.
Una de las propuestas de Salamanca para disminuir la crítica situación de inseguridad en Cali, es vincular empresas de seguridad privada para apoyar trabajos de vigilancia en las ciudades.
Al respecto, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina Gómez, dijo: “me parece que frente a una política de seguridad ciudadana tenemos que echar mano de todas las herramientas posibles, y sí tenemos efectivamente empresas de seguridad debidamente agenciadas, respetuosas de la ley, con una gran cantidad de hombres y de mujeres responsables, podríamos consolidar nuestro contingente para seguridad integral ciudadana”, sostuvo.
De acuerdo con el mandatario caleño, esto permitiría tener mayor presencia en los corredores comerciales, espacios públicos y barrios para poder actuar frente al delito.
“Si hay algo que tenemos que conquistar es el derecho del ciudadano a no ser timado, agredido, robado o violentado, y si para ello también tenemos que apoyarnos de las empresas de seguridad, está muy bien y en Cali los vamos a convocar para hacer eco a esta propuesta nacional”, dijo.
Sin embargo, Jorge Iván Ospina fue enfático en negar la posibilidad de que empresas privadas puedan realizar capturas, teniendo en cuenta que deben basarse en la ley.
“Hay algunas funciones judiciales que no las puede hacer cualquier persona, de tal forma que no podríamos romper la ley, pero labores de control, de presencia institucional, de persuasión, incluso, de actuar frente a un hecho en flagrancia, sin duda, se puede hacer con empresas de seguridad, lo que no podríamos es colocar al señor vigilante o al señor participante de una empresa de seguridad a adelantar labores judiciales, eso es completamente contrario a la ley”, agregó.
Actualmente, las autoridades en Cali adelantan el Plan Neón en toda la ciudad con operativos articulados con la Policía Nacional para proteger la integridad de los ciudadanos y promover el cuidado por la vida.
Sin embargo, uno de los detalles que más le llamó la atención a Salamanca del difícil panorama que vive la ciudad fue la cantidad de cámaras de seguridad que no están funcionando. Y es que, de las 2.031 existentes, aproximadamente 1.200 no están en servicio.
Para el uniformado, esto representa una desventaja clara frente a la criminalidad. Afirmó que, aunque la ciudad reciba un aumento en el pie de fuerza, el funcionamiento de estos dispositivos será fundamental para hacerle frente a la inseguridad.
“Parte de la promoción de policías que pronto se graduará vendrá para Cali, el Valle y el sur del país, pero Cali no puede tener la mitad de sus cámaras de seguridad inservibles. Tenemos que hacer un esfuerzo como autoridad porque la comunidad está reclamando que la tecnología se haga presente”, expuso en su visita a la capital del Valle del Cauca, donde asistió a la graduación de 338 jóvenes que hacen parte del proyecto de Tratamiento Integral de Pandillas.
La inseguridad parece estar desbordada en la ciudad de Cali. En lo corrido de este año, de acuerdo con el Observatorio de Seguridad, han sido instauradas 13.288 denuncias por hurto, 22 % más que en 2022. Los homicidios también han incrementado, pues se han cometido 557 (20 más que el año pasado).
Hurtos causan temor
Dos hurtos que quedaron registrados en video por cámaras de seguridad estremecieron las redes sociales. Estos actos delictivos fueron cometidos en el norte y oriente de la capital del Valle del Cauca.
En el norte de la ciudad, concretamente en el barrio Vipasa, un hombre que atendía un minimercado tuvo que entregar su cadena cuando un ladrón fuertemente armado lo amenazó.
El criminal ingresó al establecimiento y de inmediato desenfundó su arma para después dirigirse al empleado. Le apuntó y le pidió entregar la joya a cambio de no matarlo. “Pásame la cadena, tranquilito, pásame la cadena”, le dijo el ladrón.
El empleado, bajo el estrés de tener un arma encima, accedió y se dejó quitar la cadena. El criminal, quien vestía una gorra y chaqueta azul, se marchó con el objeto mientras la víctima tenía las manos arriba para que no le hiciera nada.
En el oriente de la ciudad, en el barrio Compartir, otro sujeto fuertemente armado irrumpió en una panadería y durante varios minutos retuvo a los empleados para que le entregaran el dinero en efectivo producto de las ventas del día.
A punta de pistola, el sujeto obligó a una de las empleadas a meter el dinero de la caja registradora en una bolsa, al tiempo que hizo tirar al suelo a dos trabajadores, les grita palabras soeces y los amenaza con el arma.
Mientras se producía el robo, un hombre que no sabía lo que ocurría llegó a la panadería a hacer una compra. El ladrón, sin mediar palabra, le apuntó con el arma para que se fuera.
Ya con el botín en la mano, les reiteró a todos los empleados que debían permanecer en el suelo para proceder a marcharse del sitio.
Estos robos fueron calificados como indignantes en redes sociales, donde los internautas pidieron a las autoridades investigar y dar con los responsables.