La Tercera División del Ejército Nacional confirmó este jueves que los 30 soldados del Batallón de Alta Montaña N.º 3 de la Tercera Brigada en horas de la tarde son evacuados de la vereda Peñas Blancas, zona rural de Cali. “Agradecemos la mediación de las diferentes instituciones”, indicó el Ejército.
Mientras tanto el Ejército señala que fueron 30 los soldados secuestrados, la Procuraduría habla solo de seis uniformados
El Ministerio Público, en su rol de garante de derechos y en búsqueda de soluciones pacíficas, envió a la zona a la Procuradora Regional de Instrucción del Valle, Marisol Apraez, para aunar esfuerzos junto a la Defensoría del Pueblo con el fin de proteger la integridad de los soldados involucrados.
“Se logró en el nombre de Dios. Gracias señor defensor; jefe, ya vamos justo aquí, ya liberados los soldados, a entregarlos, pero tenemos que volver a la mesa, pero bueno, bendito Dios, todos bien. Con algunas lesiones, jefe, de piedras y todo, pero todos con sus fusiles, todos sanos gracias a Dios”, dijo la procuradora regional del Valle, Marisol Apraez.
Por su parte, el defensor del Pueblo, Gerson Vergara, dijo que la zona de Peñas Blancas, tradicionalmente ha sido objeto de minería. “Hay una situación que ocurrió el día de ayer entre la comunidad, el Ejército y la Policía, que va a ser objeto de investigación y que hemos solicitado, por favor, que se esclarezca en aras de que exista justicia; de esa situación se desprende la retención de militares que en este momento estamos acompañando”, dijo.
También confirmó que la comunidad sufrió la pérdida de una persona que en este momento se encuentra pendiente de levantamiento del cuerpo por parte del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía.
“Hay cuatro personas heridas, una persona que fue capturada y dispuesta a la Fiscalía que va a ser investigada por daño en bien ajeno, en patrimonio público, y estamos construyendo un espacio, una mesa humanitaria que permita atender, resolver y gestionar la situación que se está presentando en la zona”, indicó.
Vergara agregó: “la comunidad tiene una preocupación, hay un alto nivel de tensión, lo que hemos procurado es calmar los ánimos. Hemos contado con el acompañamiento de la Procuraduría, la Personería, la Alcaldía Municipal, el secretario de Seguridad y Justicia, el subsecretario de Paz”, mencionó.
Mientras que el secretario de Seguridad y Justicia de Cali, Jimmy Dranguet, habló sobre el procedimiento que hicieron las diferentes autoridades para lograr la liberación de los soldados.
“A primera hora, hicimos presencia en Peñas Blancas para hablar con la comunidad de la situación que tuvieron en la madrugada. Hay que esclarecer lo que pasó. Desde la Alcaldía no vamos a permitir que siga creciendo la actividad de minería ilegal, al contrario, estamos adelantando todos los trabajos para reducir de manera importante la actividad minera que está afectando nuestras fuentes hídricas y los Farallones”, dijo.
Cabe recordar que todo el hecho se presentó en la noche del miércoles 21 de junio, cuando al menos treinta soldados del Ejército Nacional fueron secuestrados en los Farallones de Cali, zona rural de la ciudad. Los uniformados fueron retenidos por un numeroso grupo de personas que impidieron un operativo contra la minería ilegal.
Los soldados llegaron hasta la vereda Peñas Blancas, corregimiento de Pichindé, para incautar seis mulares que llevaban elementos para la extracción ilícita de yacimientos mineros. Los mulares estaban a cargo de cuatro personas.
Sin embargo, la operación se salió de control cuando las tropas fueron interceptadas por una multitud que no las habría dejado desarrollar su trabajo.
“Siguiendo los protocolos establecidos, la situación fue puesta en conocimiento de la Policía Nacional para la realización de los actos urgentes. Es en ese momento, las tropas informaron que fueron rodeadas por más de 100 personas, quienes de forma tumultuaria y agresiva, con palos y piedras, impidieron que se llevara a cabo el procedimiento”, asegura un comunicado emitido por el Ejército sobre la situación en la zona rural de Cali.
La institución asegura que en la asonada no solo hubo intimidaciones con objetos contundentes, sino con disparos, por lo que los soldados reaccionaron y abrieron fuego, ocasionando la muerte de por lo menos una persona.
“Al parecer, en este hecho resultó muerta una persona y cuatro más heridas, que son evacuadas de la zona para recibir atención médica, situación que será investigada por las autoridades competentes”, precisó.
Esto desencadenó la furia de las personas que llevaron a cabo la asonada y la emprendieron contra los equipos de campaña y víveres de los soldados. El Ejército reportó que, incluso, intentaron arrebatarle el fusil a uno de ellos.
“Este comando rechaza rotundamente esta situación y procederá a interponer ante las autoridades competentes las denuncias respectivas por asonada y secuestro, entre otras conductas punibles que pudiesen configurarse”, expuso el Ejército.