Un sentido homenaje póstumo recibió Luz Mery Tristán, campeona mundial de patinaje, víctima de feminicidio el pasado 5 de agosto. El principal sospechoso del crimen es su compañero sentimental y prometido, Andrés Ricci García.
Los familiares y allegados de la mujer se concentraron en el centro deportivo que, en el pasado, fue bautizado con su nombre. Al menos 400 personas lamentaron la tragedia, se unieron en oración y clamaron para que la justicia pueda esclarecer este suceso.
Como parte del homenaje, sus alumnos recorrieron la pista portando el uniforme rosado característico de la Escuela de Patinaje Luz Mery Tristán.
Mientras que sus hijos tomaron la palabra para definir cómo fue su paso por la tierra. Ellos la recordaron como una madre disciplinada y amorosa. “La esencia de ella siempre fue verraquera, tenacidad, entrega y disciplina. Una mujer que le puso amor a todo lo que hacía. No hay mujer igual a ella en este mundo”, expresó Mario Valencia Tristán.
El joven agregó: “Ma’, tú que nos amaste tanto, sé lo difícil que debe ser para ti no estar en este plano físico con nosotros, pero te pido de todo corazón que descanses”.
También le agradeció por haberles dado, a él y a sus hermanos, todas “las herramientas que necesitábamos pasa salir adelante y sobre todo, ser buenos seres humanos”.
“No creo que haya un ser humano que yo haya encontrado en mi vida como ella, era la persona que más entregaba amor, levantó a punta de sacrificio a sus cinco hijos. La recuerdo con admiración, solo tengo gratitud y admiración hacia ella”, expresó ante los presentes con mucho sentimiento.
Asimismo, comentó: “a ella le encantaba poner un granito de arena, una semilla en los diferentes corazones de las personas que pasaban acá, o incluso de personas que por fuera del deporte la conocieron. Estamos felices de que la acompañen tanto y en donde esté que pueda ver que tanta gente la quiere, que tanta gente la ama, la respeta y la admira, sobre todo. Solo espero que en los corazones de todos quede ella y no sea solo en este momento, sino también en las futuras generaciones”.
Finalmente, en medio del homenaje, expresó las palabras que quisiera que Luz Mery escuchara de su parte.
“Que la amo, no hay mujer igual a ella en este mundo. Yo fui campeón mundial gracias a ella, estudié gracias a ella, cuando caía o tropezaba y no sabía qué hacer con mi vida, estaba ella. Siempre fue mi guía y por siempre la recordaré por eso”, dijo Mario.
Hasta este lugar también llegaron deportistas de talla mundial como Luz Karime Garzón, a quien Luz Mery le vio potencial en el patinaje y le otorgó una beca para iniciarse en el deporte. “Ella marcó la historia, no solo mía sino también la de muchos campeones mundiales que empezaron en su club. Me abrió las puertas de su familia y eso es algo que nunca voy a olvidar”, recordó Garzón.
La secretaria de Gobierno Distrital, Nhora Mondragón, destacó la gran mujer que fue Luz Mery y el legado que dejó, no solo para el país en el reconocimiento de las medallas obtenidas, sino también por todo lo que construyó en torno a la familia del deporte.
“Es muy sentido lo que hemos escuchado tanto de sus hijos como de su hermana; por eso hago una invitación para que las mujeres denunciemos los asuntos que nos aquejan en cuestiones de indefensión. Denunciemos las dificultades que tenemos para que no sucedan de nuevo estas situaciones”, aseveró la funcionaria de la Alcaldía de Cali.
A su vez, el secretario de Seguridad y Justicia de Cali, Jimmy Dranguet Rodríguez, recordó el legado que deja Luz Mery Tristán en miles de campeones y de niños que hoy en día siguen sus pasos.
“Que sea este el espacio para reivindicar la protección que debemos dar a nuestras mujeres, para que no sean víctimas de violencia ni feminicidio. Desde la Alcaldía, la Secretaría de Seguridad y Justicia y en unión con Bienestar Social y la Policía, debemos trabajar con fortaleza protegiendo a las mujeres, para que no sean víctimas de este delito”, puntualizó el Secretario.
Diana Patiño, madre de una de las alumnas de Luz Mery Tristán, la recordará por las palabras de motivación que les daba día a día a sus pupilos, impulsándolos a luchar por sus sueños y a no darse por vencidos. “Ella siempre nos decía que no presionáramos a nuestros hijos, que los dejáramos disfrutar del proceso para que amaran el deporten y tuvieran disciplina en la vida”, rememoró.