La final de la Copa Betplay estuvo marcada por hechos de violencia al interior del estadio Pascual Guerrero de Cali. No se completaron los 90 minutos del juego por la alteración del orden público que protagonizaron los aficionados del América, y a falta de 300 segundos de disputa en el campo, Atlético Nacional se convirtió en el campeón del torneo.
El informe de la Policía Metropolitana es que un grupo de hinchas trató de ingresar por la fuerza a la gramilla y los uniformados lo evitaron con sus recursos: se activó la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden, hubo activación de gases lacrimógenos, lanzaron pólvora y causaron estragos en la mobiliaria del complejo deportivo.
“Se presentó una confrontación. De manera preliminar, hay tres policías lesionados que están siendo atendidos en un centro médico asistencial. También se presentaron daños materiales en el estadio. Se ha nombrado un grupo de Investigación Criminal para que se pueda identificar a estas personas que causaron estos desmanes”, dijo la institución.
Para acelerar los resultados de estas indagaciones, la Alcaldía de Cali ofreció una millonaria recompensa a cambio de información certera que facilite la judicialización de estas personas: serán 30 millones de pesos los que estarán disponibles para el ciudadano que ofrezca datos importantes sobre los responsables de la alteración del orden público.
Los elementos podrán ser comunicados directamente a la Policía Nacional y se habilitaron los siguientes canales: la línea multicrimen de la seccional (3143587212), las redes sociales de la entidad (@PoliciaCali) o el contacto de emergencia (123). Tal como ha ocurrido en otros hechos, las autoridades se encargarán de proteger a la fuente.
“Estamos trabajando en conjunto con las autoridades para identificar de manera inmediata a quienes protagonizaron estos actos violentos dentro y fuera del estadio. Estos individuos no representan a nuestra ciudad ni a sus valores. No permitiremos que estos hechos queden impunes”, agregó la Alcaldía de Cali en un comunicado de prensa.
Estos hechos de violencia estuvieron antecedidos por un acuerdo de la Policía Nacional con los líderes de las barras del equipo vallecaucano, a través de la comisión de fútbol local, en que se comprometieron a disfrutar de este evento deportivo en paz y en sana convivencia, pero se incumplió y ahora la hinchada asumirá las consecuencias.
La administración municipal les pidió a las autoridades “imponer sanciones ejemplares a las barras responsables de estos desmanes. El fútbol debe ser una fiesta para las familias, no un escenario de vandalismo y agresión. No podemos permitir que el deporte sea rehén de la violencia”.