La Fiscalía General de la Nación indicó que fueron enviados a la cárcel dos presuntos integrantes de las disidencias residuales Rafael Aguilera y Alfonso Cano, quienes fueron capturados durante operativos de patrullaje y control en el municipio de El Charco (Nariño), cuando se encontraban en una cancha de fútbol del barrio El Porvenir.
“Milton Solarte Perea y Luis Alberto Viáfara Sinisterra estarían reunidos con varios hombres, quienes portaban armas de largo y corto alcance cuando llegaron unidades de la Infantería de Marina de la Armada, el Ejército y la Policía Nacional, iniciándose un enfrentamiento armado”, aseguraron las autoridades.
En los combates, los dos hombres fueron detenidos por infantes de marina, quienes les incautaron un fusil con dos proveedores, un revólver, cuatro pistolas calibre 9 milímetros con sus proveedores, dos explosivos artesanales, una escopeta con tres cartuchos y una mochila.
“Durante las audiencias concentradas, un fiscal de Tumaco (Nariño) les imputó cargos como presuntos autores de los delitos de fabricación, tráfico y porte de armas de fuego y municiones de uso privativo de las Fuerzas Armadas o explosivos agravado”, dijo la Fiscalía.
Un juez penal de Tumaco dictó medida de aseguramiento contra los dos hombres consistente en detención preventiva en establecimiento carcelario; Solarte Perea y Viáfara Sinisterra no aceptaron los cargos.
De otro lado, nuevamente volvió la zozobra a la subregión del Catatumbo, que está ubicada en Norte de Santander, donde por años se ha visto sumergido en la guerra entre los diferentes grupos armados que delinquen en este territorio.
Por medio de redes sociales están denunciando la presencia de disidencias de las Farc que, al parecer, estarían patrullando las calles del municipio de Tibú, saludando a la comunidad de la vereda Bertrania, según pudo confirmar SEMANA.
Los delincuentes ya no se esconden, menos en las zonas de conflicto como este territorio fronterizo con Venezuela, en donde ahora se mueven como dueños y señores en la región, al punto que, en esta época decembrina, caminaron con un fusil en una mano y con un calendario en la otra.
Los miembros de la estructura 33 de las disidencias de las Farc no solo patrullan ejerciendo el presunto control territorial, sino que ahora hasta aprovecharon las fiestas de fin de año para entregar almanaques con publicidad de ellos a la población.
Así lo confirmó este medio con autoridades de la región, al conocer la fotografía que anda circulando, en la que se ven hombres de esta organización criminal, con brazalete de identificación en sus brazos, pasando por los barrios de Tibú y entregando de mano en mano estos elementos a la comunidad, a la que no le queda de otra que recibirlas.
“Estos hombres estuvieron como un aproximado de 10 a 12 minutos en este punto, efectivamente se fueron rápido, ya que es zona rural que cuenta con presencia del Ejército”, señaló una fuente de la Policía de Norte de Santander a SEMANA.
El descaro y la propiedad con que opera este frente, que en el pasado fue uno de los que más terror sembró y más rentas ilícitas le generó a la guerrilla por su relación directa con el negocio criminal del tráfico de drogas, no es nueva.
“Esto lo hicieron con el propósito de llamar la atención y crear zozobra en la población en busca de reclutar jóvenes, porque eso es lo que están buscando. Cuando llegamos al sitio ya no estaban”, recalcaron las autoridades.
Tras esta situación, los defensores de los Derechos Humanos en el departamento hacen un llamado especial ante las expectativas que se tienen una vez se logre restablecer estos diálogos, pues esperan que este proceso no sea como los anteriores.
“Nos preocupa la presencia de estos grupos terroristas que solo buscan generar zozobra en la población civil, estos hechos ya se volvieron recurrentes en la zona, existe una total ausencia del gobierno nacional en materia de seguridad, hemos hablado con la fuerza pública en la región y manifiestan falta de articulación desde el Ministerio de Defensa, inclusive las tropas en el área se encuentran desmoralizadas ante las limitaciones de realizar operativos militares, con la excusa de los diálogos y la mal llamada paz total”, puntualizó en SEMANA el defensor Diego Villamizar.