Toda una travesía tuvo que hacer una nutria bebé gigante (Pteronura brasiliensis) para llegar a Cali, donde fue recibida por el zoológico de la ciudad para recibir atención y cuidados.
La Fuerza Aérea Colombiana se encargó del traslado de este animal silvestre, rescatado en Arauca, hasta la capital del Valle del Cauca. La intervención de esta institución fue vital, porque la nutria estaba en una zona de difícil acceso.
Fueron más de seis horas de viaje las que soportó la nutria bebé. En principio, fue trasladada desde Arauca en un helicóptero del Comando Aéreo de Combate No.4 hasta el Grupo Aéreo del Casanare, en Yopal. Ahí la esperaba una aeronave King- 350 del Comando Aéreo de Transporte Militar- CATAM, que se encargó de trasladarla hasta el Comando Aéreo de Combate No.7, en Cali.
Estando en su destino final, la nutria fue recibida por expertos del zoológico de esta ciudad. Carlos Galvis, jefe del área Poblaciones de esta entidad, se refirió al estado en el que fue recibido el animal, sobre el cual destacó que su especie se encuentra en peligro de extinción.
“Afortunadamente, se encuentra estable, está respondiendo bien, esperamos que pueda contribuir al manejo poblacional de la especie”, aseguró. La nutria tiene menos de un mes de vida.
Galvis explicó que, en muchas ocasiones, las nutrias bebé acaban abandonadas tras la muerte de sus padres: “Lamentablemente, muchas de las crías y cachorros terminan siendo rescatadas por comunidades y corporaciones ambientales, dado que los padres han sido asesinados por predadores o por miembros de comunidades que las ven como competencia”.
También mencionó que el animal rescatado entrará a ser parte de un programa de conservación animal a largo plazo. “Esto permite que si la especie llega a ser extinta, tendríamos individuos para introducirlas en el entorno natural”, añadió.
Esta no es la primera vez que el Zoológico de Cali recibe nutrias bebé para cuidarlas y recuperarlas.
Según la Fundación Omacha, es uno de los carnívoros más grandes de Sudamérica y se ubica en el tope de la cadena alimenticia con otros predadores, como el jaguar y el caimán. “En Colombia existe evidencia de su presencia en la mayoría de departamentos de la Amazonia y el Orinoco”.
Estas nutrias fueron cazadas intensamente para el comercio internacional de pieles entre 1940 y 1970. “En algunas regiones, los pescadores las consideran como una seria competencia por el recurso pesquero, y en otros sitios se ven afectadas por el tráfico ilegal de fauna silvestre”, apunta Omacha.