El ataque terrorista que vivieron varios municipios del suroriente del país estremeció a los colombianos. La impotencia y el dolor de militares y policías en Morales, Cauca, ejemplificó cómo el Estado perdió el control de estos municipios y tiene a sus hombres arriesgando la vida y sin mucho para defenderse.
Los audios que conoció SEMANA de lo que se vivió este lunes en el municipio son impactantes. “Mi sargento, no me deje morir; mi sargento, me dieron”, se escucha en uno de los audios. Es la voz de uno de los policías de la estación de esta población, ubicada a tan solo 40 minutos de Popayán.
En las grabaciones, el mismo uniformado clama por apoyo a tierra de manera urgente: “Necesitamos apoyo aéreo, le dieron al mayor”, asegura el policía herido.
A la directora de este medio, Vicky Dávila, también le llegaron mensajes de los uniformados confinados en sus estaciones clamando por ayuda. “Por favor, necesitamos apoyo en Cauca. Acá en Morales está una batalla campal. Necesitamos apoyo aéreo. Las unidades que llegan por tierra no las dejaron llegar”, comienza el llamado desesperado desde este pueblo.
“Nos disparan como si cada familia fuera integrante de las Farc. No podemos reaccionar contra una vivienda. No contamos con orden de un juez. Para ingresar no podemos disparar. Evitamos daños colaterales”, dice el militar acorralado en otro chat.
El saldo final fue trágico: cuatro personas murieron, entre ellos dos policías, y por lo menos siete resultaron heridas este lunes en esos diferentes ataques de las disidencias, tanto en Morales como en Jamundí.
El presidente Petro calificó de “inaceptable la situación en el Cauca”: “No toleraremos que se siga atemorizando a la población con atentados terroristas”, escribió el mandatario en la red social X.
¿Quién está detrás de todo esto?
SEMANA tuvo acceso hace unos días a un documento de inteligencia militar con los nombres, rostros y prontuario criminal de los sanguinarios cabecillas de las disidencias de las Farc que están sembrando el terror en Cauca y Valle del Cauca.
Muchos de los expuestos en este documento son responsables de asesinatos de militares, policías y líderes sociales, así como atentados con artefactos explosivos contra la población civil. Algunos vienen delinquiendo desde las antiguas Farc, otros han pasado por diferentes grupos armados y hoy comandan estructuras de hasta 300 criminales armados.
Uno de los más sanguinarios es Luis Carlos Pinilla Cortes, alias Óscar o Barreto, oriundo de Toribío, Cauca, quien en los últimos días formó otro bloque disidente llamado el Frente 57, que pretende quitarle el control a la estructura Jaime Martínez en Jamundí y otros lugares del Valle del Cauca.
Se cree que alias Barreto es uno de los presuntos autores intelectuales del asesinato del concejal de Jamundí, John Gil, el pasado 27 de abril. Este criminal inició su carrera delictiva en el año 2012 siendo integrante del Sexto Frente de las Farc, donde era guerrillero raso, mando comisión y escuadra. Para el año 2017 fue capturado por el CTI en la vereda Ceneguera (Cajibío, Cauca), cuando exigía pago de extorsión. En ese momento ya era integrante de la Compañía Milton Hernández Ortiz del ELN.
Al salir de la cárcel se unió primero a la estructura Dagoberto Ramos, que delinque en el norte del Cauca, y posteriormente a la Jaime Martínez, a mediados de 2020, bajo las órdenes de temible alias Mayimbú. Una de sus primeras tareas fue viajar al norte del Valle del Cauca para expandir los tentáculos de esa columna disidente, donde fundó la compañía Adán Izquierdo, que delinque en Buga y Tuluá.
El 27 de noviembre de 2023, a través de un video publicado en redes sociales, anunció la conformación del Frente 57 Yair Bermúdez, mencionando que hará presencia en los municipios de Tuluá y Sevilla. Posterior a esto realiza un comunicado en el que se separa del Estado Mayor Central y asesina, a sangre fría, a varios de sus excompañeros de la Adán Izquierdo.
Con esos crímenes se abrió camino hacia el corredor entre los departamentos de Tolima y Quindío. Alias Barreto desempeñó un papel importante dentro del equipo negociador del grupo ilegal, al ser designado para ser el representante del Estado Mayor Central en el mecanismo de verificación con los países garantes del cumplimiento del cese bilateral.
Alias Barreto tiene el rótulo entre las disidencias de ser uno de los cabecillas más sanguinarios. Así quedó comprobado cuando asesinó a su mejor amigo (y también cabecilla de la Adán Izquierdo) alias Eiber para quedarse con el dinero producto de las extorsiones.
Estructura Carlos Patiño
Sin duda, una de las estructuras más violentas y grandes que tienen las disidencias de las Farc está en el municipio de Argelia y el corregimiento de El Plateado, lugares donde hace una semana fueron masacrados cinco soldados del Ejército Nacional.
Anderson Andrey Vargas, alias Kevin, es uno de los cabecillas del Frente Carlos Patiño que está detrás de los constantes ataques a la fuerza pública. Este sujeto, según las Fuerzas Militares, ingresó a los 18 años y a los 28 se convirtió en cabecilla.
Es responsable del reclutamiento de menores, instalación de minas antipersonal, homicidios principalmente en Argelia y Balboa, y atentados terroristas en el sur del Cauca.
Pero quizás el cabecilla más mediático de la Carlos Patiño es alias Dumar, quien tras el asesinato de los soldados se escuchó en un audio señalando a sus hombres cortarles la cabeza a los militares. “Nada de coger prisioneros, todo hijueputa le mochan la cabeza”, dice.
Sobre este criminal, SEMANA conoció que ingresó a la guerrilla en 2015 y luego de dos años fue designado para instalar minas y artefactos explosivos en el sur del Cauca; de esa forma, Dumar logró escalar hasta convertirse en cabecilla de escuadra en la estructura Carlos Patiño y ha sido resaltado por ser el autor intelectual de varias de las estrategias de guerra y extorsión que se registran en la región.
Sobre las órdenes de este criminal se conoce que fue quien reanudó la extorsión a agricultores en Argelia, El Tambo y López de Micay, y se estima que el grupo armado recibe hasta 600 millones de pesos mensuales. Dumar ofrece hasta dos millones de pesos por militar asesinado durante enfrentamientos o en espacios de “plan pistola” y 800.000 pesos por uniformado que resulte herido o por la explosión de una mina en la zona; además, entrega hasta 700.000 pesos por cada fusil que sea robado.
Sería el principal responsable del reclutamiento de menores, especialmente de los municipios del oriente del Cauca que luego van a integrar esa estructura en Argelia. Los menores son reclutados para evitar ataques de la fuerza pública.
Dagoberto Ramos
El norte del Cauca, por el costado oriental, es dominado desde hace más de una década por la columna disidente Dagoberto Ramos. Este grupo es señalado de atentar contra las autoridades indígenas y señalado de los más recientes asesinatos de gobernadores y personalidades de colectivos sociales, además de los últimos atentados en municipios como Miranda, Corinto y Toribío.
El principal cabecilla es Wilmar Pazu Rivera, alias Cholinga o David, quien cuenta con cerca de 250 hombres en armas, así como redes de apoyo al terrorismo en cabeceras urbanas. Es una de las estructuras más violentas del departamento y es la encargada de la producción y comercialización de coca y marihuana, reclutamiento de menores, asesinatos y secuestros, así como de los hechos registrados recientemente en Corinto y Jambaló.
Su poder se deriva del control de las rutas del narcotráfico y de la comercialización de la marihuana en el triángulo de la marihuana: Toribío, Corinto y Miranda.
Jaime Martínez
La columna disidente Jaime Martínez delinque principalmente en el norte del Cauca: Buenos Aires, Suárez y Morales, y en el Valle en los municipios de Jamundí y el Pacífico vallecaucano.
Está al mando de Iván Jacob Idrobo, alias Marlon, quien direcciona las acciones terroristas por el control del narcotráfico que obedece a Jamundí, para salir a la zona Naya. Estructura beligerante que provee de proselitismo y elementos panfletarios a las demás.
El poder de esta disidencia es tanto que si una persona de la zona rural trabaja en el casco urbano y sus labores se extienden hasta las nueve de la noche, que es cuando comienza el toque de queda impuesto por las Farc, la empresa debe enviar una carta a la columna Jaime Martínez especificando que su empleado –o colaborador– excede el horario de la restricción porque, efectivamente, se encontraba trabajando.
En los últimos días se conocieron varios videos de esta estructura presuntamente patrullando los cerros de Cali, la tercera ciudad más importante del país. La Jaime Martínez es la responsable de los atentados terroristas del norte del Cauca y Jamundí, así como del asesinato de la candidata a la Alcaldía de Suárez, Karina García, ocurrido en 2019.