Luego de permanecer por 36 horas en la gerencia general de Empresas Municipales de Cali (Emcali), la junta directiva de Sintraemcali abandonó las instalaciones que se habían tomado de manera pacífica desde las 6:00 a. m. del pasado lunes 26 de septiembre; exigiendo la renuncia de todos los gerentes y subgerentes involucrados en la presunta corrupción que hay en la empresa de servicios públicos. Asimismo, le pedían al alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, renunciar a su cargo.
“Le ha quedado grande la gestión de la empresa y no ha sido corresponsable de lo que se ha planteado”, dijo a SEMANA Jhonny Trejos, dirigente sindical.
El dirigente manifestó que llevan dos años haciendo denuncias de corrupción y no han visto que se tomen medidas por parte de los entes de control. “Creemos que esta es la única medida, una acción de hecho pacífica para que nos escuchen. Los entes de control tampoco han actuado, saben todo y solo hasta ahora salen a hacer supuestas audiencias públicas; un alarde de cosas cuando tienen las pruebas y los documentos, simplemente como un show mediático, no como una acción real y seria contra la corrupción al interior de la empresa”, recalcó.
Según Trejos, gracias a las pruebas que han mostrado, algunos contratos se han declarado desiertos, pero aún ven el panorama muy complejo. “La situación es muy difícil; el respaldo ha sido de los trabajadores, de la ciudadanía que ha defendido la empresa históricamente y de lo que hacen los medios de comunicación, que denuncian; han sido claves para dar a conocer estos entramados de corrupción y llevarlos a que se conozcan. Los entes de control no han actuado de manera oportuna, solo la movilización y este tipo de situaciones, como esta toma pacífica, es que la organización sindical ha rendido frutos”, agregó.
A inicios de esta semana, quienes dejaron sus puestos en Emcali fueron: Jorge Saldarriaga, gerente de abastecimiento empresarial; Arturo Fernández, gerente comercial, y Diana Patricia Urrego, directora jurídica.
Después de la toma, los dirigentes sindicales informaron a la opinión pública: “Compañeras y compañeros de Emcali y ciudadanía caleña, les estamos dando un pacto de victoria a ustedes; la junta directiva de Sintraemcali está saliendo de la torre después de haber alcanzado los siguientes logros: la renuncia del gerente general; gerente de abastecimiento empresarial; gerente comercial; la directora jurídica; y de la jefe de unidad de la GAE”, indicó uno de los sindicalistas.
Asimismo, agradecieron a quienes los respaldaron durante la toma pacífica. “Continuamos en la lucha compañeros. Agradecemos a la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT); Defensoría del Pueblo; Sintraemsdes. A todos los compañeros que nos acompañaron en esta lucha y los invitamos a continuar en pie de lucha. Sintraemcali, presente, presente, presente”, manifestaron.
Otro funcionario que recientemente dejó su cargo fue Juan Diego Flórez, quien estaba en la gerencia de Emcali. “El ingeniero Juan Diego Flórez batalló valientemente en entornos muy difíciles de pandemia y estallido social al frente de Emcali. Sus aciertos, muchos y memorables, y hoy con dignidad y ante procesos a clarificar en personal bajo su mando decide presentar renuncia que he aceptado. Ahora debemos revisar todo lo denunciado en relación con adquisiciones, lo que significa una reingeniería total del personal a cargo Juan Diego”, escribió Jorge Iván Ospina, alcalde de Cali, en su Twitter.
La Fiscalía General de la Nación, la Procuraduría y la Contraloría se encuentran investigando las irregularidades.
El contrato con supuestos sobrecostos adjudicado por Emcali sería la punta del iceberg de las irregularidades en la capital del Valle del Cauca si se tienen en cuenta los hallazgos de la Procuraduría. El organismo prendió las alarmas por un eventual millonario detrimento y presuntas irregularidades graves que se pueden dar en la alcaldía de Jorge Iván Ospina.
Según la advertencia del ente de control, en Cali están sucediendo cosas muy graves como que entre enero de 2020 y junio de 2022 se suscribieron 75.509 contratos de manera directa, prácticamente a dedo, por un valor superior a los 2.8 billones de pesos.