Los dos presuntos asesinos de la profesora de educación física Sandra Patricia Montenegro, ultimada en una cancha mientras dictaba una clase a un grupo de niños, estuvieron tres meses prófugos de la justicia, pues la suerte se les acabó en las últimas horas cuando fueron capturados, judicializados y enviados a la cárcel.
El pasado sábado 3 de septiembre, Jeiner David Jaramillo Hurtado y Charlis Javier Colorado Mosquera, los supuestos sicarios, llegaron hasta una cancha de corregimiento Guanabanal, ubicado a unos 25 minutos del casco urbano del municipio de Palmira, Valle del Cauca, para acabar con la vida de la docente.
Poco y nada les importó a estos sujetos que la mujer estuviera cumpliendo con sus actividades laborales y que en el lugar hubiera presencia de menores de edad jugando un partido de fútbol: le dispararon en cinco ocasiones por razones aún desconocidas y luego huyeron a bordo de una motocicleta.
Las pesquisas de las autoridades, que incluso ofrecieron cinco millones de recompensa por información de los asesinos, condujeron a que servidores del CTI de la Fiscalía General de la Nación y agentes de la Policía materializaran sus capturas en Palmira.
De acuerdo con el ente investigador, Jaramillo, de 22 años, era el pistolero, es decir, quien se acercó hasta la mujer y apretó el gatillo en varias ocasiones, mientras que Colorado era el encargado de manejar la motocicleta y conseguir el escape tras el crimen.
Por todo lo anterior, los dos hombres tendrán que responder por los delitos de homicidio agravado y porte ilegal de armas de fuego. “Un juez de control de garantías avaló la evidencia presentada y les impuso medida de aseguramiento. Pretendemos que con este concurso de hechos punibles tengan una pena que realmente contribuya a darle paz a la comunidad”, dijo la directora Seccional Cali de la Fiscalía, Sandra Eugenia González Mina. Así las cosas, los presuntos sicarios enfrentarán su proceso judicial privados de la libertad.
Sobre Sandra Patricia Montenegro trascendió que trabajaba como monitora en el Instituto del Deporte, la Educación Física y la Recreación del Valle del Cauca (Indervalle). En su momento, el alcalde de Palmira, Óscar Escobar, le dijo a SEMANA que la mujer trabajaba con la Gobernación del Valle del Cauca y que era muy cercana a la comunidad donde ocurrió el ataque sicarial.
Cabe recordar que la docente alcanzó a ser trasladada a un centro asistencial y batalló varios días por su vida, pero desafortunadamente el martes 6 de septiembre ocurrió finalmente su deceso. “En el momento del ataque ella se encontraba trabajando, es totalmente reprochable que se agreda de esa forma a una persona que le estaba haciendo un bien a la comunidad”, puntualizó meses atrás Escobar.