Como bochornoso han calificado el comportamiento de una mujer en la Registraduría de la ciudad de Cali, donde se habría alterado porque no la atendieron con prioridad.
En un video que se hizo viral en redes sociales se ve a la mujer en silla de ruedas, con gafas oscuras, vistiendo una camiseta, pantalón ajustado y zapatillas, manotear y halar el cabello de una funcionaria de la Registraduría, quien le estaba pidiendo que se calmara.
“A mí no me toque, qué le pasa”, le decía la mujer que continuaba reclamando atención.
Mientras que los presentes estaban indignados con lo que habían acabado de presenciar, le indicaron a la funcionaria que llamara a la Policía Metropolitana para que atendieran la situación.
“Como le va a halar el cabello”; “que llamen a la Policía”; “calma tu cabeza, amiga”; “esa señora es muy altanera”, fueron algunos de los reclamos de los ciudadanos que estaban en el lugar
Posteriormente, la mujer se enfureció más y empezó a lanzar palabras soeces a los presentes. “Yo también los puedo grabar, gonorreas, me importa un cxlo y los espero afuera”, les dijo.
Entretanto, los ciudadanos le pedían que se calmara, “respire, señora. Los problemas se solucionan, no ataque a las personas”, a lo que ella hizo caso omiso y, al contrario, lanzó al suelo la CPU de un computador del recinto, y de manera desafiante dijo: “vean, para que quede en el video. Voy y lo pago con amor”.
“Mejor dicho, hoy día ya no hay tolerancia para nada, los valores se han perdido”; “se quiere valer que porque está en silla de ruedas puede hacer lo que quiera”; “¿también hay que aguantar la vulgaridad y patanería? La discapacidad no da derecho a ser tan irrespetuosa”; “que señora tan grosera”; “yo la dejo de última en atenderla así sea discapacitada por patana. Sus condición no justifica su ridiculez”; “esa señora está de psiquiatría”; “que vergüenza de mujer”, fueron algunos de los comentarios en redes.
Mujer fingió estar secuestrada
Durante varios días, una mujer fingió estar secuestrada para sacarle una jugosa cantidad de dinero a su madre. Por interés, tuvo en vilo a su progenitora, quien denunció la situación ante las autoridades debido a la gran preocupación que tenía por la vida de su hija.
Juilim Castillo Borrero, de 32 años, es la mujer que presuntamente engañó a su madre con su falso secuestro. Ella fue raptada, supuestamente, el 30 de abril de este año tras salir de su vivienda, ubicada en la vereda Toribío, zona rural del municipio de Suaza, Huila, con rumbo a la ciudad de Cali. Justificó su desplazamiento a la capital del Valle del Cauca diciendo que iba a buscar trabajo, pues había comprado una motocicleta y debía pagarla.
Hasta ahí, la situación no le pareció anormal a la madre, pero todo cambió cuando empezó a recibir audios en los que un hombre le asegura que su hija fue secuestrada y que debía pagar un dinero para que regrese sana y salva a su casa.
Los audios siguieron llegando. El 4 de mayo, la propia Juilim le afirma a su madre, con voz muy acongojada, que se encuentra bien, duerme en una cama y sus captores le proporcionan tres comidas al día.
La madre no aguantó la angustia y presentó la denuncia ante las autoridades. El Gaula de la Policía inició la investigación del caso y rápidamente se encontraron con las mentiras de la mujer. Las pruebas la delataron.
Al revisar el material de las cámaras de seguridad de la terminal de Pitalito, Huila, los investigadores vieron a la mujer caminando por los corredores del recinto hasta dirigirse a comprar un tiquete. Este momento es clave: la mujer no compró el pasaje a su nombre, sino que suministró uno falso. Se identificó como Leidy Rentería Riascos. Además, no salió con rumbo a Cali, ya que en realidad se dirigió a Popayán, Cauca.
Juilim siempre mantuvo la narrativa de que se desplazaba a Cali, pues mientras se dirigía a Popayán le enviaba mensajes a su madre y un hermano asegurando que estaba por arribar a la capital del Valle del Cauca.
Una revisión a las cámaras de seguridad de Popayán confirmó que la mujer llegó a la capital del Cauca, abordó un taxi y se fue a un hostal, donde también se identificó como Leidy Rentería Riascos.
Los empleados del hostal dijeron a los investigadores que ella llegó sola y por sus propios medios al sitio, descartando anomalías que llevaran a pensar en un secuestro.
Pese a decir que se quedaría hasta el 10 de mayo, Juilim dejó el lugar el 4 de ese mes para trasladarse a otro hostal, donde tampoco proporcionó su verdadero nombre.
Finalmente, el seguimiento de los investigadores los llevó hasta este último hostal. Al encontrarse frente a frente con Juilim le consultaron si estaba secuestrada y ella les dijo que no. Inmediatamente, procedieron a capturarla.
La Fiscalía General de la Nación detalló que, tras una requisa, los investigadores le encontraron un teléfono celular, una cédula de ciudadanía a nombre de Leidy Rentería Riascos, con la que se identificaba, 6 simcard, con las que envió los audios de supervivencia y amenazas por parte de los falsos secuestradores.
Por fingir su secuestro y pedirle 40 millones de pesos a su madre a cambio de una liberación falsa, la mujer tendrá que responder por los delitos de extorsión agravada en grado de tentativa y falsedad personal, cargos que no aceptó los cargos durante la audiencia de imputación. El juez del caso, sin embargo, decidió enviarla a la cárcel para que pase su proceso tras las rejas.