El polémico edificio Aquarela en Cartagena ha dado de qué hablar desde los inicios de su construcción. En esta ocasión, el Fondo Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres se encuentra en la búsqueda de un interventor de consultoría especializada. Se espera que, luego de escogerlo, se pueda establecer cómo se empezará a ejecutar la demolición de la edificación, el cual se encuentra ubicado en el barrio Torices, al norte de la ciudad de Cartagena; cercano a este se ubica el Castillo San Felipe de Barajas, una de las mayores razones para su demolición y lo que en este momento tiene en jaque el estatus del Corralito como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad.

La convocatoria se encuentra publicada en la plataforma Secop II, con un valor estimado 77 millones de pesos, y tiene como objetivo realizar la interventoría integral técnica, administrativa, financiera, contable, jurídica y ambiental a la consultoría especializada. Se estima que el contrato sea adjudicado en el mes de julio y se ejecute durante los próximos tres meses.

SIC formuló pliego de cargos a las constructoras del edificio Aquarela; estas son las razones

La autoridad argumentó fallas de calidad, idoneidad y seguridad en la construcción del proyecto que ha puesto en jaque el patrimonio cultural de Cartagena.

La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) anunció la formulación de pliego de cargos a las sociedades Plano Constructivo S. A. S., ColCivil S. A. S. y Promotora Calle 47 S. A. S., con el fin de determinar si hubo o no responsabilidad de parte de las constructoras al garantizar la seguridad y calidad del proyecto.

La entidad revisará si las constructoras “incumplieron con la obligación de poner en el mercado inmuebles de calidad y en condiciones de seguridad e idoneidad”.

Esto último, basado en un informe de la Sociedad Colombiana de Ingenieros de mayo de 2020 en el que se realizó una verificación a la estructura de la Torre 1 del Proyecto Multifamiliar Aquarela, siguiendo lo dispuesto en la Norma Sísmica NSR-10, y en el que se señalan las siguientes deficiencias estructurales de la edificación:

  • A la estructura le hace falta un 30 % de rigidez global y más de un 90 % de resistencia en una cantidad considerable de muros estructurales para cumplir los requerimientos del reglamento NSR-10.
  • La cantidad de pilotes no son suficientes para soportar la solicitación de carga gravitacional de la estructura, teniendo en cuenta la capacidad indicada en el Estudio de Suelos.
  • En la placa de la cubierta del piso 30 se encontraron viguetas que no cumplen con el estado límite de flexión.
  • La mayoría de los muros estructurales no cumplen con la cuantía mínima requerida en la NSR-10, referente al requerimiento de elementos de borde en los extremos laterales de los muros, pues en el diseño se estipuló que los muros serían de 0,15 m de espesor, lo cual consideran que no configuraría un borde efectivo y adecuado en muros.
  • Respecto a la resistencia al fuego, indicó que el espesor de las placas tampoco cumpliría con lo consagrado en la NSR-10, pues es necesario un espesor mínimo de 80 mm y en el plano se estipula que sería de 50 mm.
  • La secuencia de falla que probablemente se presentaría en la edificación comenzaría en los muros de los primeros niveles, que fallarían por flexocompresión ante el sismo de diseño requerido según el reglamento NSR-10; de manera simultánea fallarían las viguetas de los primeros niveles y se presentarían grandes desplazamientos en los pisos superiores. Dado lo anterior, el edificio perdería gran parte de su capacidad, lo que podría significar la generación de una falla global ante el sismo de diseño requerido según el reglamento NSR-10.