Los asesinatos se siguen registrando en diferentes zonas del país pese a los operativos de la Fuerza Pública. En el corregimiento de Malagana, jurisdicción de Mahates, en el departamento de Bolívar, un hombre y una mujer que eran administradores de una finca fueron asesinados con arma blanca.
Frente a los hechos, SEMANA conoció que en esta zona delinque la subestructura Nicolás Urango Reyes de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y quienes podrían estar detrás de estos hechos sangrientos. Una de la hipótesis que manejan desde la Sijín de la Policía de Bolívar es un presunto caso de hurto.
Las víctimas fueron identificadas por las autoridades judiciales como Renis Johana López, de 22 años de edad, y Luis Alfonso Taborda, de 25 años de edad; quienes llevaban solo diez días laborando en este lugar.
Según las informaciones que se han conocido, el propietario de la finca llegó hasta el lugar y fue que encontró los dos cuerpos sin vida tendidos en el lugar. En ese momento, le dio aviso a la Policía Nacional, quien llegó al lugar para poder establecer lo sucedido.
Las autoridades ingresaron a la vivienda y no encontraron dos elementos como un televisor de 32 pulgadas, así como también una motosierra. Aunque no es claro lo que ocurrió, un grupo de investigadores se encuentran al frente de este caso que ha generado temor entre la comunidad, quien está reclamando mayor seguridad en esta de Bolívar.
SEMANA conoció que el equipo de criminalística de la Policía de Bolívar, se encargó de la inspección de lugar para poder encontrar pistas sobre los responsables de este nuevo hecho de violencia que golpea a este departamento del Caribe colombiano.
Los cuerpos sin vida fueron llevados hasta las instalaciones de Medicina Legal para la respectiva necropsia que será uno de los elementos claves en medio de este proceso judicial.
Ante estos hechos, no se han conocido pronunciamientos por cuenta de la Policía de Bolívar y mucho menos desde la alcaldía municipal.
Crimen de un líder social en María La Baja
El 9 de septiembre, la comunidad de María La Baja, en el departamento de Bolívar, fue testigo del crimen Jermín Luis Padilla Valdez, un destacado líder social y cultural de la región, quien fue asesinado en circunstancias que están bajo investigación.
De acuerdo con el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), los hechos de sangre se desarrollaron “con arma blanca en una calle del corregimiento de San Pablo, mientras se encontraba departiendo con amigos”.
Esta víctima, de 34 años, no era solo un nombre en la lista de líderes locales; era una figura emblemática y respetada en su comunidad. Su vida estuvo marcada por un compromiso inquebrantable con la preservación y promoción de la riqueza cultural de su pueblo.
Reconocido por su profundo conocimiento de la lengua palenquera, Jermín desempeñó un papel fundamental en la transmisión de esta lengua ancestral a las nuevas generaciones. A través de sus enseñanzas y su trabajo en la comunidad, ayudó a mantener viva una parte vital de la identidad cultural de María La Baja.
Además de su labor como guía etnoturístico, Jermín también era un talentoso cantante, cuyo arte no solo deleitaba a quienes lo escuchaban, sino que también servía como una herramienta para la preservación y difusión de la música y las tradiciones locales. Su compromiso con la cultura y la historia de su pueblo lo hizo querido y respetado por muchos, y su pérdida representa un golpe doloroso para todos aquellos que valoraban su contribución al bienestar y la identidad de María La Baja.
El asesinato de Jermín Luis Padilla Valdez, cuyo impacto aún está siendo procesado por la comunidad, se produjo en un contexto de creciente preocupación por la violencia en la región. Los hechos de sangre que lo involucraron han generado una ola de indignación y tristeza, y han puesto de relieve la urgencia de abordar los problemas de seguridad y justicia en la zona.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo ha emitido el documento AT 033/23 que incluye al municipio de María La Baja y la AT 019/23 en el que advierte sobre los riesgos que enfrentan los líderes. Según el informe, estos riesgos están relacionados con el interés de los actores armados ilegales en ciertos territorios específicos, lo que también obstaculiza el proceso de reincorporación de los excombatientes.