Un menor de tan solo tres años falleció en una clínica de Cartagena luego de ser remitido por picaduras de abejas. Según trascendió, el incidente se registró el sábado, 17 de diciembre, en el municipio de Arjona, norte de Bolívar.
Las primeras versiones indican que el niño se encontraba jugando en el patio de su casa, ubicada en el barrio Cafetal, cuando un panal de abejas africanizadas se alborotó y atacó al pequeño.
Los gritos alertaron a sus familiares, quienes lo trasladaron hasta el centro hospitalario municipal. Sin embargo, decidieron viajar a Cartagena para que recibiera atención médica en el Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja.
Desafortunadamente, el pasado miércoles, 21 de diciembre, los galenos informaron sobre su deceso.
SEMANA conoció que el niño se llamaba Marcos Eduardo Suarez Medina y vivía con sus padres y abuelos. El sepelio se llevará a cabo este viernes en el cementerio de Arjona.
Las abejas africanizadas son una subespecie que nació luego de que en 1956 un científico importara a Brasil abejas de origen africano con el objetivo de mejorar genéticamente a la abeja europea que se encontraba en América.
Tras prolongados estudios encontró en la abeja Adansonii o africana, una condición especial, su agresividad, la cual podía ser reducida a base de un control genético adecuado por medio de cruzamientos entre abejas mansas (mellifera) y africanas.
Cuenta la historia que después de un accidente en el laboratorio Genética de Río Claro, en San Pablo (Brasil) se escaparon algunas abejas reinas africanas y zánganos sin fecundar. Estos últimos se cruzaron con las abejas que proliferaban en los montes aledaños, produciéndose una nueva especie: la “abeja africanizada”. La fecundación ocurrió sin ningún control, lo que tuvo como consecuencia un sensible aumento de la agresividad de la especie.
Las primeras noticias sobre la llegada de la abeja africana a Colombia, se dieron en el año de 1979. De acuerdo con un artículo sobre el tema de Mady Liévano, la abeja africana ingresó al país por la frontera venezolana. Una de las características que se encuentra en esta subespecie es la alta defensividad de su colmena y una mayor producción de miel.
Otro caso en Santander
Lo que inició como un paseo por las atracciones turísticas que tiene el departamento de Santander, terminó en una tragedia luego de que un grupo de caminantes fueran atacados por abejas africanas que dejó como resultado la muerte de tres perros.
Este lamentable episodio se registró a mediados del pasado mes de julio en la quebrada Santo Ángel, ubicada en el corregimiento de Riachuelo, perteneciente al municipio de Charalá, Santander. Se pudo determinar que las víctimas de este hecho fueron tres integrantes de ‘Almas Aventureras’, quienes por primera vez estaban explorando la zona para luego llevar a un equipo de turistas.
Este recorrido de aproximadamente 12 kilómetros, que duró alrededor de tres horas hasta llegar a la cascada, no tuvo un final feliz, pues los caminantes, una vez llegaron a su destino en compañía de tres cachorros, fueron atacados por una multitud de abejas.
Pese a que trataron de correr y ahuyentarlas, los aventureros resultaron con picaduras en todo el cuerpo, mientras que las mascotas también salieron afectadas, a tal punto que dos de ellos murieron en el momento y uno más, horas después.
“Empezamos a manotear, pero nos picaron tanto que en algún momento pensamos en lanzarnos al agua porque eran demasiadas. Hasta encendimos una antorcha improvisada con ropa y elementos que llevábamos, para poder ahuyentar las abejas y buscar a los perros, pero ya era demasiado tarde”, argumentó en Caracol Radio, Carlos Altuna, líder de Almas Aventureras, empresa de ecoturismo.
Sin embargo, este grupo de caminantes denuncia presuntas irregularidades por parte de las autoridades de socorro de este territorio, pues aseguraron que por más que pidieron ayuda a la Policía de ese municipio, no la recibieron. Los perros recibían el nombre de: Noah, Max y Pecas.