Las denuncias por estafas en el sector turismo de Cartagena se han vuelto el pan de cada día. Las principales quejas por cobros excesivos no paran, locales y sobre todo turistas se ven afectados por esta situación.
Recientemente, un turista proveniente de México denunció el abuso del cual él y sus amigos fueron víctimas en un kiosco ubicado en Playa Blanca, zona insular de la ciudad de Cartagena. El denunciante dio a conocer que escogió ese lugar para pasar el día, por sus paradisíacas playas.
Con el pasar de las horas realizaron diferentes actividades, pasearon en lancha, disfrutaron de la comida típica, escucharon música, etc. Al finalizar el día, el grupo se disponía a pagar, pero no se imaginaban lo que vendría después.
Al llegar la factura, no podían creer lo que daba la cuenta. Según el kiosco donde pasaron el día, el total por el consumo, actividades realizadas y el servicio, era de 6.502.000 pesos. Destacando que el cobro por el concepto de una ‘picada familiar’ fue de 1.250.000 pesos. El resto de los costos se dividió de esta manera:
- Una lancha privada 980.000
- Cinco sancochos 225.000
- Una picada familiar 1.250.000
- 26 Corona 1.170.000
- Una bolsa de hielo 40.000
- Tres coca-cola grande 135.000
- Un ceviche de camarón 85.000
- Siete estadías 910.000
- Un bafle de música 120.000
- Servicio restaurante 737.000
El caso fue llevado a la Secretaría del Interior de Cartagena, donde se encuentran realizando las investigaciones pertinentes.
Casos que se repiten
A principios de julio se conoció el caso de Febe López, una colombiana que esperaba disfrutar de sus vacaciones en Cartagena, quien denunció a través de la red social Twitter el exorbitante cobro por el servicio de sillas recibido en Playa Blanca. En total, la cuenta dio 336.000 pesos, en que, además de lo consumido, se especifican 250.000 pesos por el “servicio”.
Luego de consumir una piña colada por el valor de 30.000 pesos, un agua de coco con un costo de 20.000 pesos y una botella de agua por 6.000 pesos, el total de la cuenta fue toda una sorpresa para ella.
En el tuit, la usuaria expresó su descontento y realizó un llamado a la Alcaldía de Cartagena para poner un alto a esta situación: “Por eso, odio ser turista en mi propio país. ¿Alguien que me diga desde cuándo uno tiene que pagar $250 mil en servicio por sentarte en una playa pública”, la mujer asegura que al llegar llegó a un acuerdo verbal donde se estableció que el uso de las sillas correspondía a 30.000 pesos + el consumo.
“Playa Blanca es lo peor que tiene Cartagena. @AlcaldiaCTG ¿Hasta cuándo tanto robo? Si no pagaba los $250 nos iban a hacer daño”, agregó.
Hechos como este se presentan constantemente en la ciudad y no solo en las playas, restaurantes, bares e incluso carreteras de taxis, son algunos de los lugares donde turistas se ven expuestos a este tipo de abusos.
Ese mismo mes, otro caso se viralizó en Twitter. Se trató de un turista caleño en Cartagena a quien le cobraron 400.000 pesos por una botella de aguardiente. Pero este no fue el único precio inflado, pues también tuvo que sacar de su bolsillo 20.000 pesos por una lata de Red Bull y otros 20.000 por dos sodas. Por si fuera poco, también tuvo que sumar 40.000 pesos de propina.
En total, la cuenta salió por 480.741 pesos. La cuenta de Twitter @calioknoticias, que hizo pública la denuncia, adjuntó la factura donde se ve que la compra fue hecha en julio de este año, a las 12:28 a. m.
Por supuesto, las críticas no se han hecho esperar, pues los precios son notablemente mayores a los de un comercio común. Por ejemplo, la botella de aguardiente tapa azul (1050 ml) tiene un precio de 52.000 pesos, aproximadamente, en supermercados de cadena. No obstante, en establecimientos como bares o clubes nocturnos puede tener un precio de 200.000 pesos, la mitad de lo cobrado en Cartagena.
Por su parte, la lata de Red Bull (250 ml), cuesta entre 5.000 y 6.000 pesos en supermercados; entre 10.000 y 15.000 pesos en sitios exclusivos o conciertos. Sin embargo, al turista que hizo la denuncia le cobraron 20.000 pesos.