El ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, calificó de “situación compleja” la que se vive en zona rural del municipio de Caloto (Cauca), en el suroccidente colombiano. Desde el lunes, por más de 24 horas, el Ejército repelió el “ataque indiscriminado”, según el ministerio de Defensa, del sexto frente de las FARC. Los combates se registraron en inmediaciones del resguardo indígena conocido como Huellas, en zona rural montañosa del pequeño caserío El Palo. Según el Ejército, “el ataque a la población civil con tatucos, explosivos y ráfagas de fusil” obligó a que las unidades militares desplazaran sus efectivos al casco urbano del pequeño corregimiento de El Palo, con el propósito proteger a los habitantes de la región. En los combates murieron tres soldados de la Brigada Movil 14: el mayor Dixon Giuliano Castrillón Gómez, de 30 años; el cabo primero Luis Enrique Rojas Carrero, de 25 años, y el soldado profesional Mauricio Botero Castro, de 25 años. Otros 11 que resultaron heridos fueron trasladados a Cali a la Clínica Valle del Lilí y a la Brigada III del Ejército.  En medio de los combates, se agravó la delicada situación humanitaria. Porque según la Defensoría del Pueblo, 262 personas se vieron obligadas a desplazarse y abandonar el lugar en el que habitan. Por eso, el Ministerio Público pidió atender “con urgencia” este desplazamiento forzado de los habitantes del corregimiento de El Palo. Hay 130 niños entre las víctimas. También se interrumpieron las clases en el colegio de El Palo y los centros educativos indígenas localizados en el resguardo de Huellas. Según la Defensoría, hubo información de la activación de un artefacto explosivo en la institución educativa Comercial de El Palo, así como del impacto de proyectiles alrededor del caserío de la misma zona, que no provocaron víctimas civiles. ¿Hecho anunciado? La propia Defensoría recordó que desde el 2011 el Sistema de Alertas Tempranas (SAT) había informado que el Sexto frente de las FARC “continuaba realizando acciones violentas en el municipio Caloto, especialmente en las zonas rurales del piedemonte cordillerano, a pesar de las operaciones que adelanta la fuerza pública”. La alerta también informaba que los habitantes de las zonas urbana y rural del municipio de Caloto “sufren los efectos de las acciones de la guerrilla, pues en muchas ocasiones son utilizados como escudos o quedan interpuestos en los enfrentamientos armados que causan la muerte o heridas de personas civiles, daños a bienes inmuebles y equipamientos comunitarios, como también afectación psicológica y emocional a los pobladores”. El ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, advirtió que se están tomando “medias concretas” para enfrentar los problemas de orden público. Fueron trasladados a la zona 4.000 hombres del Ejército. Pero cuando Vargas Lleras se refiere a “situación compleja” también lo hace por la información que tiene el Gobierno de los “conflictos” entre comunidades indígenas y campesinas. Sin profundizar en detalles, el ministro indicó que se están “buscando mecanismos de diálogo” con las comunidades.