Cuando nadie creía que iba a ceder en su posición, el presidente Álvaro Uribe sorprendió en la mañana de este miércoles anunciando que autorizaba a la senadora liberal Piedad Córdoba para que participe en la liberación de secuestrados por las Farc. Esta decisión tiene detrás una tensa historia que empezó el 16 de abril de este año, cuando el grupo guerrillero anunció sus intenciones para liberar unilateralmente al cabo segundo Pablo Emilio Moncayo, secuestrado hace once años. Las Farc ponían como condición la presencia tanto de la congresista como del padre del militar, el profesor Gustavo Moncayo, estuvieran presentes en la entrega. La propuesta no le gustó nada al presidente Uribe.  A la semana siguiente del anuncio de las Farc, Uribe desautorizó la participación de Córdoba, y dijo que allí sólo podía estar el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) y la Iglesia, ya que, según dijo, no iba a permitir show mediático ni propaganda insurgente. Los familiares de los secuestrados presionaron pero Uribe no dió el brazo a torcer. Las Farc aseguraron luego que no habría liberaciones, sin Piedad Córdoba.  Desde ese entonces, todo ha sido sufrimiento para los familiares de los secuestrados, quienes han visto pasar el tiempo sin que hubiera una luz de esperanza para ver a sus seres queridos de regreso a la libertad a pesar de que las Farc, que durante años han asumido duras posturas en el tema de la liberación de miembros de la fuerza pública, habían decidido, por fin, liberar de manera unilateral a uno de los uniformados. En medio de las exigencias inamovibles del gobierno y la guerrilla, esta última anunció hace dos semanas que liberaría también a un segundo secuestrado: el soldado profesional Josué Daniel Calvo, cautivo desde el pasado mes de abril. Tras esta última iniciativa, el gobierno guardó silencio. Sólo hasta hoy, el presidente Álvaro Uribe decidió autorizar a la senadora Piedad Córdoba a mediar en estas liberaciones tal y como la hecho en otras como la de Luis Eladio Pérez, Consuelo González de Perdomo y Clara Rojas. Gustavo Moncayo, padre del cabo Pablo Emilio, dijo telefónicamente a AP que aunque el anuncio del Presidente parecía condicionar la gestión de Córdoba a que fueran liberados todos los retenidos, al menos significaba "una luz de esperanza". Pero dijo desconocer si ese condicionamiento de Uribe "es otra estratagema del gobierno" para retrasar las liberaciones.Las condiciones Sin duda, la decisión del presidente Álvaro Uribe es positiva para destrabar este proceso al que ya pocos le veían posibilidades de prosperar.  “Deben ser liberados en forma simultánea los 24 secuestrados de la fuerza pública que están en poder de las Farc y deben ser devueltos los cuerpos de los tres compatriotas secuestrados que murieron en el asesinato del cautiverio”, dijo minutos antes de salir a un encuentro con empresarios de Estados Unidos. El Presidente hizo el anuncio desde el aeropuerto militar de Catam, en Bogotá, acompañado de la cúpula militar y del comisionado de paz, Frank Pearl. Al final de su intervención Uribe no respondió las preguntas de la prensa, lo que dejó dudas sobre el significado de la liberación de “forma simultánea”. Si se toma literalmente, esto quiere decir que todos los policías y militares secuestrados tendrán que ser entregados al mismo tiempo, lo cual es casi imposible. Es obvio que esto también lo sabe el gobierno. Fuentes del Palacio de Nariño consultadas por Semana.com aseguraron que esta propuesta tiene distintas modalidades de aplicación. En primer lugar, según dicen, sirve para abrir un camino para liberación de todos los secuestrados. En segundo lugar, para crear un ambiente de confianza. En tercer lugar, para acercarse al grupo guerrillero. Y por último, para que de esto se haga buena política, donde haya menos espectáculos, menos extremismos y más resultados concretos. El giro de UribePero, ¿por qué el presidente Álvaro Uribe Vélez cambió de opinión tan radicalmente? “No es algo repentino, es un trabajo que se viene dando desde hace tres meses largos, desde una perspectiva más humanitaria”, aseguró una funete cercana al Presidente que pidió la reserva de su nombre. Pero por otro lado, con los escándalos recientes que han enlodado al gobierno (como la supuesta repartición de notarías a cambio del voto a favor de la reelección en el Congreso en 2005; la polémica por las zonas francas y las ventajas que habrían tenido sus hijos; o las ‘chuzadas’ a magistrados y miembros de la oposición) y la presión internacional, especialmente de Europa, para que ceda en algunas posiciones frente a las Farc, dicen que Uribe ha tenido que flexibilizar sus ideas para no verse como un mandatario obtuso y obsesivo con el tema de la Seguridad Democrática. Queda la sensación de que el gobierno hubiera podido ahorrarle a los familiares de las víctimas tres meses de tortura e incertidumbre, pues esta misma decisión la hubiera tomado el pasado abril, cuando la guerrilla anunció la liberación del cabo Moncayo.